Alicia Violeta, que salta por los charcos

 


El mapa de los afectos es indescifrable e incomprensible. Todo el mundo debería hallar un hueco en él y, al fin, la creación artística no es sino una forma de mostrar esos afectos convertidos en palabras, en imágenes o en sonidos. A veces hay alguien que conoce, de forma innata y especialmente, los secretos de la emoción, que tienen siempre un lugar señalado en los corazones y cuya sola existencia es motivo de júbilo. Lo expreso demasiado grandilocuente pero puede contarse más sencillo: Alicia Violeta es nuestra niña y su llegada abrió un nuevo capítulo en las vidas de todos. Como una niña de película, como una niña de novela, como una niña de serie de televisión en la que hay una niña que, desde que nace, siempre la alegría. Es la alegría su seña de identidad y su forma de mostrarse al mundo. Es contagiosa por eso. Es permanente. Es cierta. 

Cuando era pequeña le gustaba presumir, vestirse con ropas bonitas y de colores, jerseys de rayas comprados en la calle Asunción, pantalones de lunares, y también le gustaba llevar el pelo liso, con algunas horquillas, lazos, pasadas, diademas, sombreros, gorras, adornos...Era una niña presumida a todos los efectos. Todos nosotros, la familia, sabíamos que era la primera nieta por siempre y la primera sobrina y ella tenía todos los atributos para convertirse en una reina, la reina de los afectos compartidos, la reina que sigue siendo después de algunos años. Esa virtud no es solo la de la primogenitura sino la de la gracia y el ingenio. De mayor se ha dado al hippismo y ha dejado atrás la ropa de diseño, pero el aire se sigue moviendo cuando pasa. Eso es innato, una flor que se balancea en un campo de trigo. 

En la familia todos tienen un sitio, pero hay sitios que llevan una impronta única, que no se pueden dejar de considerar ni de vivir. La magia de los afectos funciona y salta, hace !chas! y ahí queda eso. Gente que tiene un don, una cosa especial, que están tocadas con la varita mágica de la dicha pese a todo, que son capaces de tocar el artilugio de la emoción y activarlo sin parar, continuamente. Gente que te hace feliz. 

Alicia Violeta es la niña de oro, la niña que amamos, nuestra niña por siempre. 




(Dibujos de juegos de la época victoriana. La casa victoriana)

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