"La hijastra" de Caroline Blackwood
Una historia cruel que, por eso mismo, te engancha. Lo mismo que la forma que ha elegido la autora para contarla, a base de cartas escritas a personas que no existen, gente imaginaria. Quizá nadie podría contar estas cosas a alguien real. Una mujer vive una existencia difícil con una hija de seis años a la que no quiere, la hija de su marido que es una adolescente a la que detesta y una chica au pair que está deseando escaparse de este ambiente. En un piso lujoso y bien situado, pero que no llena sus aspiraciones y que más bien parece una cárcel para todos. Esta es la historia que relata aquí, en esta brevísima novela, Caroline Blackwood, la escritora cuya vida daría para varias novelas.
Arnold es el personaje invisible, del que se habla continuamente pero que no está en el piso. "Es un hombre inteligente. Como la mayor parte de los hombres inteligentes, a veces puede ser también muy cruel", dice esa mujer en la treintena, de la que no sabemos el nombre, pero que es la protagonista de la historia. Lo dice en su primera carta, escrita, como todas las demás "sin salir de mi piso, que tiene una vista panorámica del esplendor y las miserias de Manhattan". Ni siquiera va dirigida a nadie en concreto esa carta que escribe en su cabeza: Querida Fulanita...
Sally Ann es la hija de ella y de Arnold. Se ha quedado anclada aquí, en el piso y apenas sabemos nada de ella, salvo que odia a Monique, que es la au pair que debería cuidarla y que, en realidad, quiere irse, irse cuanto antes, huir de aquello, un círculo de odio y desprecio que se incuba y se proclama en el piso. Como si todos estuvieran confinados. Sally Ann, dice su madre "es una niña caprichosa, desobediente e inaguantable". No hay amor, ni complicidad ni siquiera relación. Cada parte del piso se convierte en algo independiente y en cada una de ellas, una persona está sola. Monique ha llegado a Nueva York para aprender inglés pero no imaginaba que caería en una familia así, en la que nadie se habla. De modo que no ha aprendido ni una sola palabra de inglés y lo único que hace es escribir cartas, ella sí, de verdad, a sus amigos y sus familiares de Francia. Luego está Renata, que es la hija de Arnold, adolescente problemática, llena de complejos físicos, de carácter raro, a quien ella no conocía y que ha aparecido para quedarse plantada como una seta a su lado, porque Arnold al final se ha marchado con una jovencita. Cuatro seres que comparten espacio pero no silencios ni palabras. Eso es todo.
La hijastra. Caroline Blackwood. Editorial Alba, Colección Rara Avis. Traducción del inglés de Íñigo F. Lomana. Primera edición mayo de 2021.
Caroline Blackwood (Londres, 1931- Nueva York, 1996) tuvo una vida extraordinaria en todos los sentidos. Hija de un noble que formaba parte del círculo de artistas que se describe en Retorno a Brideshead, fue, a su vez, hija de una heredera del imperio cervecero Guinness, una mujer de esplendorosa belleza. Pero ella no quiso seguir la senda estipulada por este nacimiento tan glamouroso y de dedicó a la vida bohemia. Se casó muy joven con el pintor Lucien Freud, que la pintó en una serie muy conocida de retratos. Luego tuvo otros maridos y relaciones con artistas, compositores, poetas, fotógrafos, críticos, guionistas...Fue periodista y escribió varias novelas de corte autobiográfico, como "La hijastra".
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