"Padre"


Si todavía me escuchas
donde estás
quizá pueda decirte que, de nuevo,
se ha cubierto de flores el almendro
ese que no existía en el jardín de casa.

Si mi voz es posible que te llegue
a cualquier parte
sería el momento de hablarte de las rosas,
pequeñas rosas blancas de arriates
que no tuvimos nunca cerca.

Porque no eras hombre de jardines
sino de tibio sudor desconsolado
porque tuviste las manos abiertas al olor de las flores
sin que ninguna flor te acompañara nunca
quizá quieras saber 
que desde que te fuiste
se marcharon también los pobres árboles
la cansada palmera del camino
las hojas
y un suelo de hormigón duro recubre
el pequeño rincón que tú regaste.

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