Por qué hay que leer a Jane Austen (incluso y sobre todo los hombres)
Siete de cada diez lectores de Jane Austen son mujeres. Siete de cada diez lectores de novela son mujeres. La escritora alertó en las primeras páginas de "La abadía de Northanger" del desprecio que hacia el género "novela" tenían los críticos literarios. La crítica literaria ya se cubría de gloria en aquellos tiempos, según parece. Yo añado: siete de cada diez lectores de lo que sea (excepto periódicos deportivos) son mujeres.
Hay que leer a Jane Austen si quieres conocer los entresijos de la naturaleza humana. Cuando hablamos de naturaleza humana, lo hacemos de emociones, pensamientos, sentimientos y conductas. Olvídate del coaching (ese invento brutal por el cual supuestos magos nos convierten en oradores en un santiamén), olvídate del shopping (ya sabes, la terapia que deja hecha unos zorros tu tarjeta bancaria a base de recorrerte supuestas ofertas), olvídate de las redes sociales (y de esos "guapaaaaa" que te brindan tus "amigos" sabiendo que no son verdad). Olvídate de todo eso si quieres entender y entenderte. Jane Austen cuenta algunos hechos, no es como esos autores que te dan pelos y señales de todo lo que ocurre "se levantó, se lavó la cara, fue a la cocina, se hizo el desayuno, bla, bla, bla....)", pero desentraña el interior como nadie. Desmenuza la vida, esa que se vive hacia dentro y se manifiesta hacia fuera.
Hay que leer a Austen si quieres disfrutar de personajes únicos. Sin estereotipos, con enorme variedad de matices, hechos por dentro y por fuera, sin cartón piedra, nada de actores, personas, hombres y mujeres a los que puedes ver como si estuvieran delante tuya. Si algún día encontrara por la calle a Darcy lo reconocería. Y lo mismo puede decirse de los demás. Caracterizaciones fabulosas, hechas a cincel, sin esa pasada de simplicidad que usan otros, a fondo, totales.
Hay que leerla si quieres divertirte con situaciones llenas de comicidad y de sentido del humor. Al contrario que las Brontë, tan plastas ellas, Jane Austen es una mujer graciosa, con un toque elegante y, a la vez, cáustico, ácido, corrosivo, incluso premeditadamente noir. Reir es una de las cosas que nos pueden hacer más felices y ella contribuye a esa felicidad por medio de una risa meditada, a veces de una risa llena de matices, otras, de una risa loca.
Hay que leerla porque fomenta la conversación. Las conversaciones son el valor más seguro de los libros Austen. Hablar, hablar, hablar, pero no en plan verborrea absurda sino con sentido, sensibilidad, orgullo, prejuicio y buenas maneras. El arte de conversar, que parece haberse perdido, se recupera en estas novelas, donde los personajes dedican mucho tiempo a contarse cosas, a interrogarse acerca de la vida y a pormenorizar situaciones.
Hay que leerla porque muestra lo beneficioso que es el interés por los demás. El cotilleo, cuando se lleva a las más altas cotas, es decir, cuando supone saber qué les pasa a los otros y tratar de descifrar sus conductas y motivaciones, es un ejercicio mental que pone las pilas.
Hay que leerla porque nos produce ganas de pasear y de estar al aire libre. Jane Austen estaba en contra del sedentarismo. Todos sus personajes son andarines, sobre todo ellas, que dedican una parte del día al paseo y, en ocasiones, a ejercicios aún más fuertes. El aire libre y la naturaleza presenta grandes beneficios según la forma en la que en sus obras aparecen reflejados.
Hay que leerla porque todas las mujeres no son bobas ni todos los hombres canallas. Austen huye de los maniqueísmos, da oportunidades a todos para que se formen su propia opinión y presentan a una sociedad con matices, con muchos matices, porque así es la vida y así son las situaciones humanas. Eso nos ayuda a pensar, a reflexionar y a observar cómo los humanos nos comportamos en las distintas ocasiones de la vida. Es un tratado filosófico del arte de vivir.
Hay que leerla para entender muchas referencias literarias y cinematográficas que no puedes perderte. En la película "Tienes un e-mail" Joe lee este libro que es el favorito de Kathleen, mientras espera la cita a ciegas. En "Diario de Bridget Jones", el personaje del protagonista está inspirado en el señor Darcy. La inspiración que ha supuesto Jane Austen para escritores, cineastas y artistas en general, es enorme.
Hay una última razón, absolutamente egoísta: Hay que leerla para ser más felices, para disfrutar más, para sentir un enorme placer, un ay de dicha solo para ti.
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