"Felicidad familiar" de Laurie Colwin

Laurie Colwin (Manhattan, New York, 1944-1992) es una autora que conocí a través de Libros del Asteroide con la publicación de su novela "Tantos días felices". Allí abordaba el tema de la amistad y el amor, tan unidos, a través de cuatro personajes: Guido, Vincent, Misty y Holly. Costumbrismo amoroso de la mejor especie. Novela de los sentimientos. Literatura emocional con su punto de observación cotidiana, tierna e inteligente. 

La escritora, que murió muy joven, fue una buena estudiante, una mujer brillante, editora y traductora. Como en sus personajes, su origen judío forma parte de su manera de entender la vida y las relaciones humanas. Escribió cinco novelas, algunas colecciones de cuentos y ensayos de cocina, lo que no deja de ser una mezcla muy curiosa que explica las alusiones culinarias que hay en sus obras y que las mujeres, al menos, siempre agradecemos. Y los chef, que son casi todos hombres. 

En este nuevo libro cuya publicación está prevista para dentro de unos días (me confieso deseosa de leerlo porque esto es una reseña previa, una campanita que lo anuncia), el centro de la narración es una familia, la de los Solo-Miller, descendientes de judíos holandeses llegados a USA antes de la Guerra y, por tanto, miembros fundadores de lo que hoy es ese singular país de países. 

La familia Solo-Miller, con ramificaciones en Londres, Boston, Filadelfia y Nueva York, emparenta, a través de la hija, Polly (de nombre real, Dora), con otra "primera familia", la de los Demarest, pues Henry Demarest será el marido de Polly. El jefe de la familia, el padre de Polly, es un hombre obsesionado con la comida orgánica y ella misma representa el ideal de la mujer moderna en la ciudad de la modernidad por excelencia. Un buen matrimonio, unos hermosos hijos, una vida acomodada y unas costumbres sociales llenas de ritos y de encuentros fructíferos a la hora de la conversación y los gestos, no parecen bastante, en realidad y por eso su aparente felicidad semeja la espuma de los días que un aire poderoso puede barrer en cualquier momento. Un vendaval con forma de pintor que, al tiempo que trastoca los sentimientos de Polly, tambalea los cimientos de su vida entera. 

La duda es si la perdurabilidad del amor sereno es capaz de resistir a las expectativas de la pasión. La duda es qué había de verdad en esa serenidad estética de la vida en familia, de los desayunos compartidos que se unen a los almuerzos, de la diletancia de las conversaciones y los comentarios maliciosos sobre los advenedizos. 

Pura delicadeza narrativa, auguro. Y un olor incesante a la fuerza de las emociones que no pueden pasar de largo por mucho que uno trabaje en la City o consuma lechugas ecológicas. 

Felicidad familiar, Laurie Colwin. Traducción de Antonio-Prometeo Moya Valle. Libros del Asteroide. Publicación 23 de enero de 2017. 


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