Soneto 29 de William Shakespeare
(La joven de la perla. Johannes Vermeer- 1665)
Cuando me son adversos la Fortuna y los hombres
Lloro a solas mi triste condición de abandono
Y clamo al sordo cielo mis inútiles quejas
Y maldigo mi suerte viendo cuál es mi estado.
Quisiera ser un hombre más rico en esperanza,
Hecho a su misma imagen, con sus mismos amigos,
Y envidio el arte en unos, la competencia en otros,
Y hoy apenas disfruto de lo que ayer quería;
Pero mientras medito, casi ya despreciándome,
Pienso en ti y mi congoja se convierte en un himno
(Al igual que la alondra se aleja de la tierra
Y alza su vuelo al alba) a las puertas del cielo;
Pues recordarte, amor, me aporta tal riqueza
Que ni por el de un rey cambiaría mi estado.
When in disfrace with fortuna and men´s eyes,
I all alone beweep my outcast state,
And trouble deaf heaven with my bootless cries
And look upon myself and curse my date,
Wishing me like to one more rich in hope,
Featured like him, like him with friends possess´d,
Desiring this man´s art and that man´s cope,
With what I most enjoy contented least;
Yet in these thoughts myself almost despising,
Haply I think on thee, and then my state,
Like to the lark at break of day arising
From sullen earth, rings hymns at heaven´s gate;
For thy sweet love remember´d such wealth brings
That then I escoran to change my state with kings.
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