Edna Ferber, enérgica escritura
Edna Ferber aparece en un rincón de Internet, en uno de esos merodeos en los que me sumerjo por las tardes buscando libros, escritores o, simplemente, dando una vuelta por ahí. Aparece porque la editorial Nórdica ha publicado uno de sus libros y alguien lo ha reseñado. Esas editoriales que traducen los libros de los autores más poco conocidos en España y que te los ponen en bandeja realizan una labor encomiable. Siempre hablo de ellas con agradecimiento. Ahora ha sido Nórdica.
Edna Ferber, 1887-1968, es estadounidense y fue escritora de libros y de obras de teatro. Sobre todo, una persona llena de fuerza, de convicciones, de deseos de cambiar el mundo. El ámbito de la pequeña y mediana burguesía es el telón de fondo de sus obras y es también una gran amante de los enormes espacios vírgenes de los Estados Unidos. Cuando sitúa sus obras en Oklahoma, en Texas o en Alaska, no solamente recrea los lugares sino las contradicciones de la sociedad, siempre presentes en sus libros.
Hay quien considera a Ferber una encendida feminista porque presenta unos personajes femeninos alejados de los clichés, mujeres fuertes, que superan los problemas a base de esfuerzo, inteligencia e ingenio. La tenacidad de las mujeres, incluso cuando se ven abandonadas por sus maridos o llenas de problemas, es algo que reluce intensamente en las obras que Ferber escribió. Dos ejemplos de ello son Selina Peake, una madre que lucha por su hijo en So Big, Premio Pulitzer en 1924, o Magnolia Hawks, cantante de éxito en un barco de vapor en Show Boat, de 1926, alguien que tiene que defenderse de los males que acechan a una mujer sola.
Hay también hombres en los relatos, obras de teatro o novelas que escribe. Pero ellos aparecen desdibujados, escasos de brillo, con poca fortaleza y características negativas. En cambio ellas están llenas de iniciativa, libertad, confianza en sí mismas, espíritu de lucha. Lo que debería ser si ello fuera posible.
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