"El señor Norris cambia de tren" de Christopher Isherwood
"En 1931, a bordo de un tren con destino a Berlín, William Bradshaw conoce a Arthur Norris, un británico de aspecto cómico e intrigante con el cual entabla una amistad que le llevará a descubrir su ambigua personalidad. El señor Norris dirige un turbio negocio de importación y exportación en Berlín; vive atemorizado por sus acreedores y su secretario Schmidt y sometido a su amante, la prostituta Anni; y se define, según la ocasión, como militante comunista, orador político, espía o agente doble. "
Es así, de esta sencilla forma, como la editorial Acantilado, que ha publicado el libro, nos presenta esta historia que firma el mismo autor de "Regreso a Berlín", esa novela autobiográfica que reseñamos en su momento en este blog. Durante la República de Weimar, la propia peripecia vital del autor, le llevó a escribir ambos libros. Toda la sordidez del nazismo, el estado de ambigüedad de la población alemana, las ocultaciones y los problemas diarios, todo eso se recoge de una forma limpia, adecuada, directa.
Isherwood es como Alicia al otro lado del espejo. Nos enseña una realidad oculta, una realidad que está camuflada por las grandes obras literarias, las cifras asombrosas o la política internacional. Se adentra en la vida cotidiana, en los personajes de diferente calaña, en la otra parte de la sociedad que no figura en los titulares de los periódicos pero que existen. Por eso estos libros son tan necesarios. Porque nos muestran lo que, de otra forma, se habría perdido para siempre. Y en estas cuestiones mejor no perderse nada. Por si acaso.
Christopher Isherwood (Cheshire, 1904 –Santa Mónica, 1986) se fue a vivir a Berlín en el año 1929, dejando su tierra natal, Gran Bretaña. En Berlín fue un testigo privilegiado de cómo el partido nazi llegó al poder. Esa observación se trasladó a la literatura y para ello usó tanto el testimonio, como la ironía, el humor, el sarcasmo y el documento. Se fue de Alemania en el año 1933 y entonces se dedicó a recorrer China, siguiendo su naturaleza casi vagabunda, y, en todo caso, viajera, como todos los ingleses que lo son de verdad. Amante de los jardines y de los trenes de largo recorrido, diría la propia Agatha Christie, otra impenitente viajera. Después de ese merodeo oriental se instaló en los Estados Unidos en la compañía del también escritor W. H. Auden. Su obra más conocida es "Adiós a Berlín". El cine se interesó por ella y por su contenido, de manera que la llevó al cine. "Cabaret" un musical ya clásico de 1972, es su versión más conocida y aplaudida.
Como en tantas ocasiones, aplaudo el esfuerzo de las editoriales como Acantilado, que lejos de llevarse llevar por la corriente de los autores ampliamente reconocidos o consagrados, o por el marketing de los premios, nos traen escritores como este, cuyas obra es tan merecedora de leerse que, si no se publicaran, nos perderíamos algo bueno, bueno de verdad.
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