Enseñar en Finlandia
No sé a ustedes pero a mí me llama poderosamente la atención que los maestros sean en Finlandia gente reconocida y prestigiosa socialmente. No es cuestión de dinero, ya lo saben, sino de verdadero reconocimiento, lo que hace que uno se sienta orgulloso de ejercer su profesión. Claro que, como dicen todas las informaciones, a maestro solamente llega en Finlandia el que es bueno, muy bueno, saca buenas notas, tiene una formación excelente, posee conocimientos variados y vocación definida. No sé por qué pienso que esta es la clave, o al menos, una de las más importantes, del éxito escolar finlandés. Habrá otras variantes, pero esta es fundamental. Acostumbrados a ver maestros desmotivados, desinformados y con un escaso bagaje pedagógico, científico o artístico, el pensar que los maestros finlandeses son la cara opuesta de lo que vemos por aquí da un poco de envidia y de pena. Si esta es la razón del éxito, se entiende cómo nosotros estamos donde estamos.
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