Mortadelo y los niños que no leen pero juegan al fútbol
Francisco Ibáñez, escritor y dibujante, "padre" de Mortadelo y Filemón, lo tiene claro. Hay que pescar en todos los ríos, incluso en aquellos que parecen, de entrada, menos propicios a la pesca. Eso de pescar en un río me trae a la memoria una de mis películas favoritas, llamada, precisamente y valga la redundancia "Su juego favorito" con el guapísimo Rock Hudson y con Paula Prentiss (que llevaba unos shorts que se pusieron muy de moda). En aquella película Hudson interpreta a un experto en pesca, que escribe libros para enseñar a pescar...pero que nunca ha pescado nada. De manera que, cuando tiene que demostrar sus artes en un concurso de pesca, la cosa se vuelve peliaguda...y seguramente sabréis el final de la película porque la habréis visto un montón de veces.
Pues bien, Ibáñez ha decidido pescar en el río de los que no tienen afición por la lectura, de los que no quieren leer y de los que pasan las tardes y los "findes" jugando al balón (ojo, que no todos los balompédicos son a-lectores). Por eso escribe tantos libros dedicados a la pasión del fútbol y por eso lanza, de vez en cuando, algunas recopilaciones temáticas teniendo como eje central este deporte, que tantas pasiones despierta. Ahora está ya en nuestra biblioteca su "Especial fútbol" de Mortadelo (fijaros que el pobre Filemón ha desaparecido del título, supongo que por economía del lenguaje o por razones obvias, aunque no de los contenidos del cómic). Este especial está formado por varias historietas que, en su día, fueron saliendo y que constituyen toda una antología del disparate futbolero en versión ibañezca.
El libro se divide en varios apartados, según los temas centrales de las historietas que contiene: El fútbol, El futbolista, La afición, El fútbol según la TIA, El Mundial. Antes de eso, la cosa se inicia con un Test futbolero, cuyas preguntas son de este tenor: ¿Qué animal aparece en el escudo del Valencia C.F.? Se puede elegir entre estas respuestas: 1. Una vaca bebiendo horchata. 2. Un murciélago. 3. Un rodaballo.
Etcétera. Si conseguimos que nuestros alumnos más acérrimamente futboleros y menos aficionados a leer, se acerquen a la biblioteca, saquen el libro en préstamo y se lo lean, entre partidillo y partidillo, pues algo, o mucho, hemos ganado. Y se lo deberemos, de nuevo, a Francisco Ibáñez, que ha hecho más por la afición a la lectura que muchísimos y sesudos super-académicos de la legua (perdón, de la Lengua)...
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