Ahora sí que ha entrado el otoño


 Hay un diálogo entre la naturaleza y el individuo. De vez en cuando se hace áspero, otras veces es amable y siempre tiene interés. El cielo se mueve entre el blanco y el azul, las pérgolas florecen y los árboles dudan. La duda está en ese quehacer flamante de las hojas caducas. Cuando me acerco para hacer estas fotos el viento ha comenzado a dar señales de vida. Se asoma aunque no está seguro. Hemos pasado el ecuador del día y la hora del café está próxima. Tiempo de lasitud y de charlas. Y las flores de las pérgolas comienzan a lanzarse al suelo suavemente, al mismo compás del aire que las mueve. La naturaleza siempre me emociona. 




(Fotos Caty León)

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