Ciudadana no adscrita
/Arte pop. Keith Haring. Acrílico/
Quizá lo más adecuado es ser de algo. La naturaleza humana pide cierto gregarismo, siquiera consentido y por placer. Tu equipo de fútbol, tu estilo de cine, tu bar favorito, tu hermandad, tu barrio, tu ciudad, tu tenista, tu periódico de cabecera, tu partido político. Tu ideología. Tu ideal. Tu algo. A eso lo llamamos sentido de pertenencia y es algo muy arraigado en los seres humanos. A los bebés los apuntan a algo enseguida. Antes de crecer ya están colocados en un lugar, a favor de algo y también en contra de otros algos. Algunas veces ganarán los tuyos. Otras veces tendrás el derecho de protestar porque han ganado los otros. En todos los aspectos, en todas las cuestiones de la vida, en todo. Eres de algo, formas parte de todo, de un todo que organiza, divide y sitúa. Y define, soy de esto, de esto, de lo otro. Etcétera. El etcétera aquí es muy importante.
Ser una ciudadana no adscrita es molesto, es solitario, es increíble, es desolador. Pero es. No ser de algo, no ser de nadie, no ser de nada. Lejos de desarraigar, arraiga. Eres de todos, sobre todo estás en ti misma.
Comentarios