Roma, Cannes, el Papa y Denzel Washington

 


/una calle de Roma/

Al festival de Cannes llega la troupe de Spikey Lee a presentar su película y se hacen muchas fotos frente a la prensa, todos ellos vestidos de una forma singular, como solo saben hacerlo las estrellas. Se mueven de un lado a otro, las filas de fotógrafos están frente a ellos, se dan la vuelta, se saludan, charlan, se ríen, disimulan, vuelven a sonreír. Son encantadores. Entre ellos está Denzel Washington y parece que es el último mono cuando es la gran estrella pero él no presume de eso, se queda atrás, saca a la palestra a los compañeros menos conocidos, se ríe con timidez, es un grande, pienso. La sorpresa estalla cuando se sientan en el interior del palacio y el presentador se saca un conejo de la chistera y le dice a todos que van a darle a Denzel la espiga de oro honorífica del festival. Y no sé si el actor está ya un poco harto de tantos honores, porque parecen decirle que es mayor y que ya vale. Pero todo lo sobrelleva con algo especial que tiene y que le pertenece por siempre: el encanto. 


/una calle de Cannes/

El Papa León tiene una de esas audiencias en el Salón Pablo VI del Vaticano. Muchísima gente. Gente con niños pequeños, ancianos, enfermos, obispos y cardenales, monjas, frailes, muchísima gente que espera emocionada, que quiere saludarlo, darle la mano, recibir su cercanía. Son mucho más expresivos que los fotógrafos de Cannes, pero igual que los fans, que no tienen la suerte de poder ver tan de cerca a sus ídolos. Llega el Papa y los bendice a todos y les habla con ese italiano tan agradable y su sonrisa, sonríe con timidez, parecido a cómo lo hace Denzel, con prudencia y con tranquilidad, sereno, paz, serenidad, esperanza, todas las palabras revolotean sobre esa manera de estar. Lleva sus papeles escritos a mano, los ha preparado antes. Se asegura de decir lo que quiere y decirlo bien, es un plus de laboro, de trabajo, folios blancos y tersos escritos a mano, un lujo. Pensar, escribir, leer. Vamos a terminar sabiendo todos italiano. A la lectura le añade la sonrisa y eso es ya un cóctel imparable. 



/una calle de Chicago/

El Papa León y Denzel son de la misma quinta, año más o menos. Muy joven para ser Papa, muy veterano para ser actor. Ambos son americanos, que es la forma de decir estadounidense. Los dos tienen el inglés como lengua materna. Los dos son tímidos, sencillos, sensatos y no quieren destacar. Pero la vida los ha puesto en el escaparate. Qué difícil es todo... 

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