"El hijo de la señora Glenn" de Edith Wharton

 


El hijo de la señora Glenn
Edith Wharton
Traducción de Susana Carral
Editorial Reino de Cordelia, 2013

¡Qué maestría tiene Edith Wharton en esto de las nouvelles! Sabe como nadie subirnos a una historia, desarrollarla con un estilo perfecto y, al final, lanzarnos una hondonada que nos deja atónitos. Es una narradora increíble y sus historias contienen siempre la cantidad exacta de misterio, vida social, conflictos personales, amoríos y otras veleidades humanas. En este caso hay que echarla incluso una vuelta de tuerca. 

La señora Glenn es, en apariencia, un personaje de fuerte temperamento, capacidad sobrada para discernir, conocimiento del mundo y aptitudes para defenderse en cualquier circunstancia. En apariencia, recalco. Se ha quedado viuda y antes de eso perdió a un hijo en la guerra. Sin embargo, un día le confiesa a un buen amigo, que tuvo otro hijo antes y que lo dio en adopción porque el momento no era el adecuado y la sociedad le hubiera dado la espalda. La novela se estructura entre la búsqueda del hijo perdido, el encuentro y el desenlace final. No diré nada de este por no caer en el spoiler, que aquí sería desastroso pero sí diré que Wharton sabe cómo aliñar los guisos. El caso es que todo empieza con sentimientos nobles, con elegancia de actitudes, incluso con generosidad, y termina con engaños, mentiras, egoísmos y todo lo feo que uno puede encontrarse en el mundo. Incluso esa fealdad la pinta con estilo nuestra Edith. 

Siempre digo que Wharton es la gran maestra de la novela en el final del XIX y principios del XX. Y junto a Jane Austen, Virginia Woolf, Edna O'Brien, Agatha Christie e Irène Némirovsky, cada cual en su estilo, mi sexteto de oro en la literatura. No porque sean todas mujeres, sino porque son geniales. 

Comentarios

Entradas populares