Los irascibles
En noviembre de 1950 Nina Leen hizo esta fotografía del grupo de pintores expresionistas abstractos que estaban en desacuerdo con la política de exposiciones del MOMA y, por ello, habían enviado una carta al respecto. Eran "Los irascibles". La revista LIFE se hizo eco de la protesta y publicó la foto en enero de 1951. Pocas veces un testimonio gráfico es capaz de recoger a la élite del arte moderno en un determinado momento de la historia. Catorce hombres y una mujer posaron para Nina Leen arracimados estratégicamente, de forma que se pueda captar a todos ellos con el mayor detalle y amplitud. Todos los fotografiados tienen el semblante serio y miran a la cámara de forma muy clara. Excepto uno. Ese "uno" con gafas y que mira de través es, precisamente, Mark Rothko.
En la primera fila, además de Rothko, están Theodoros Stamos, Jimmy Ersnst, Barnet Newman y James Brooks, si contamos de izquierda a derecha. En la segunda fila, y en la misma dirección, Richard Pousette-Dart, William Baziotes, Jackson Pollock, Clyfford Still, Robert Motherwell y Bradley Walker Tomlin. Por fin, atrás del todo, Willem de Kooning, Adolph, Gottlieb, Ad Reinhardt y Hedda Sterne.
Salvo el pantalón arrugado en primer plano de Stamos, el atuendo de todos ellos es pulcro y formal. Podrían ser un grupo de oficinistas o de políticos. Su gesto serio indica que la protesta no era baladí y que el empuje de Pollock, segunda fila, de perfil también, había logrado que unos seres tan individuales como los pintores se unieran por primera vez en una reivindicación. La única mujer, Hedda Sterne, aparece más alta que los demás, subida en cualquier sitio, elegantemente vestida con su abrigo negro y su tocado del mismo color. Es como si la fotografía quisiera indicar que había solo una mujer pero que pintaba mucho en todo aquello.
La colocación de todos ellos en la imagen es estratégica. Parecen una piña, un bloque unitario, gente cohesionada. No hay relación de superioridad, no hay subordinación y parecen formar un grupo coreográfico, estructurado, dispuesto a todo. Sin embargo, esto es solo una apariencia, un hecho fortuito, una necesidad de actuación conjunta. El desarrollo de los acontecimientos fue bastante curioso. Hay quien afirma que la CIA apoyó la divulgación de la obra de estos artistas con el fin de contraponerla a la URSS y expresar así la vanguardia que florecía en USA. El caso es que se programaron exposiciones, algunas de ellas fuera del país, con todos ellos, excepto con Ad Reinhardt, quien no solo renegó del expresionismo, sino de formar parte de este grupo. Las exposiciones "Doce pintores y escultores americanos" (Museo de Arte Nacional de París, 1953) y "La nueva pintura americana" de 1957, apuntalaron al grupo y convirtieron a Nueva York en el centro del arte, como lo fueron antes Roma o París. Un año después de la foto Harold Rosenberg acuñó el término "Action Painting" (1952) y Clement Greenberg el de "Escuela de Nueva York".
Nina Leen estaba allí. Trabajaba en LIFE y fue la encargada de recoger para la posteridad esta imagen tan significativa. La limpieza de sus fotos se trasluce también en esta, con los rostros perfectamente dibujados entre luces y sombras y las posturas de los cuerpos en aparente desorden que, sin embargo, generan un clasicismo de nuevo cuño. Los rostros tienen la impronta de la fotógrafa: despejados, expresivos, individualizados, profundos. El fondo incierto, esa arquitectura simple y sin relieve, contribuye a destacar lo mejor de la foto: el genio único de aquellos artistas.
(Nina Leen, 1909 a 1914- 1995) Rusa emigrada a Estados Unidos. Fotógrafa de moda, de cine, de naturaleza y de la intimidad femenina)