"Un regalo que no esperabas" de Daniel Glattauer
Hace algún tiempo leí dos deliciosas novelas de este autor, la segunda continuación de la primera. Se trataba de "Contra el viento del norte" y "Cada siete olas". Narraba con ingenio y con gracia un romance por mail. El correo electrónico era en esos momentos (hace muy pocos años) el medio más moderno y subversivo de comunicarse. Tom Hanks y Meg Ryan habían ya decidido usarlo también y el sonido del mensaje al cruzar el espacio sideral y llegar a tu ordenador, era la antesala de una noticia agradable. "Tienes un email" fue la frase gloriosa.
Así que Daniel Glattauer entendió que el misterio y la inmediatez eran las claves de esa forma de contacto y lo usó en sus dos novelas. El resultado fue agradable, sencillo pero muy eficaz. Unas novelas que se leen con entrega y, como diría Corín Tellado al hablar de los hombres de sus libros, "con fruición". Por cierto "expeler" y "fruición" son dos términos eminentemente telladescos, lo mismo que el dril (que es una clase de tejido) y el color canela. Cosas.
Volviendo a Glattauer, aquellos libros me trajeron su nombre y, desde entonces he atisbado por ahí a ver si lo encontraba de nuevo en el universo editorial. He aquí que Alfaguara lo vuelve a poner sobre la mesa, el escritorio o la falda de la mesa camilla, igual da. Este libro "Un regalo que no esperabas" es su última novela y parece que sigue empeñado en hacernos felices. Tanta gente que escribe para destrozarnos los sentimientos o para hacernos sentir culpable y este hombre (que es, además, muy guapo) busca lo contrario. Reconciliarnos con nosotros mismos, darnos una pizca de sal para continuar abordando el día a día, convencernos de que, aun en la existencia más anodina, habita el secreto de la felicidad.
Os copio la sinopsis: Gerold Plassek lleva una vida fácil basada en tres principios: cansarse lo menos posible, permanecer en la sombra y atrincherarse tras una cómoda rutina. Trabaja en un periódico de distribución gratuita, donde se ocupa, sin grandes ambiciones, de las "Noticias breves del día". El resto del tiempo lo pasa en el Zoltan's Bar, que casi se ha convertido en una prolongación de su propio salón.
Cuando descubre la existencia de su hijo Manuel, de catorce años, del que tiene que hacerse cargo durante unos meses, Gerold ve peligrar su plácida vida. Por si fuera poco, se ve involucrado en una serie de donaciones anónimas que lo sitúan como a un héroe a los ojos de todos, especialmente de su hijo Manuel. ¿Quién puede ser el misterioso donante? ¿Y por qué ha implicado a Gerold?
La crítica ha saludado con agrado la nueva obra de Glattauer. Su forma de entretenernos es absolutamente meritoria. Sus diálogos son chispeantes, divertidos, llenos de ingenio. Su manera de escribir nos llega directamente al corazón. Abre puertas, cierra ventanas, descorre cortinas....todo se conjura para que te sientes con el libro en tus manos y no desees levantarte hasta que lo hayas leído. Lo mejor de todo es que consigue que te olvides de las cosas tristes. Lo que no es desdeñable, desde luego.
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