Las chicas también lloran


 

/Ilustraciones de Sara Herranz/ 


Tuve unas botas amarillas y las amigas quisieron copiarlas y también las alumnas. Me las ponía con un vestido corto de punto de color naranja y así iba a las fiestas de la facultad, a los festivales de cine de la Alameda, a los paseos bajo la puesta de sol. Era una verdadera disfrutadora de la vida. No dormía ni comía, solo vivía con todo la luz de frente. En aquellos años yo parecía una muchacha de Sara Herranz, con los labios rojos y las pestañas largas. Con los Jerseys largos y las faldas cortas. Con el paso ligero y la sonrisa presta. Era la verdadera vida, la que hay lejos de la casa familiar, la que se escribe con colegas, con chicos, muchos chicos, todos los chicos tenían algo bueno, todos decían cosas bonitas, era una chica que recorría los ojos de todos. Pero las chicas así también lloran. Mientras riegan las plantas, o viendo una película rodeada de chocolate y palomitas. 




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