"Canción de atardecer" de Lewis Grassic Gibbon

 


A Scots Quair es la trilogía de la que forma parte esta novela. Es la primera de las tres. Esta edición se publicó en 2020 por la editorial Belvedere. Se trata de una publicación muy completa, acompañada de una importante sección de notas al final del libro y que aclaran determinados aspectos además de amplíar el trasfondo cultural e histórico del libro. A Scots Quair es una saga sobre la Escocia moderna, la que surge de la Primera Guerra Mundial pero conserva enormes reminiscencias del tiempo anterior, entremezcladas ambas en una suerte de collage histórico que la novela destaca como telón de fondo. De este modo, el paisaje escocés no es un aditamento más sino un personaje que ejerce su función en la novela. 

Dentro de la corta obra de Lewis Grassic Gibbon (1901-1935) la trilogía es su máxima referencia y así ha sido considerada. La primera novela Sunset Song, se publicó en 1932. La segunda, Cloud Howe, en el 1933. La tercera y última, Grey Granite, en el 1934. Su verdadero reconocimiento llegó más tarde, no obstante. Y la trilogía ha sido convertida por la BBC en una serie, lo que supone el momento de mayor popularización de cualquier obra escrita de las que corresponden al Reino Unido. La BBC convierte en visión cotidiana cualquiera de las obras cumbre de las letras inglesas. Sin embargo, la corta vida de Gibbon no fue nada sencilla y estuvo llena de dificultades, tanto laborales como a la hora de poder dedicarse a la escritura. Esa mezcla de romanticismo y realismo, de naturaleza y espiritualismo, de verdad y de imaginación, parecen estar tanto en su propia existencia como en su obra, difícilmente clasificable por lo tanto y en absoluto bien conocida en España. Como en otras ocasiones las pequeñas editoriales independientes realizan la meritoria labor de poner delante de nuestros ojos esas obras que, de otro modo, tendrían un velo de invisibilidad delante de ellas, apabulladas por el empuje casi insoportable de los grandes best-sellers híper promocionados. 

Una característica de estos tres libros es que son autoconclusivos, es decir, que pueden leerse independientemente y esa lectura parcial no estorba al resultado final. En este caso, además, la tercera parte no ha sido publicada, al menos todavía, por la editorial y no sabemos si tiene planes de hacerlo. Canción de atardecer se inicia con un preludio, El campo sin arar, que tiene la función de explicar los antecedentes históricos de la ficticia Kinraddie, una aldea decadente con apenas ocho granjas, una casa parroquial y un molino, que una vez estuvo en manos de un señor de las Highlands que no supo conservar su patrimonio. Allí vivirá la familia de la protagonista, Chris Guthrie. La siguiente parte, que es la central, lleva el título genérico de La canción y consta, a su vez, de cuatro capítulos: Labranza, Ahoyado, Siembra, Cosecha. El postludio final vuelve a titularse El campo sin arar. 

La parte central de la novela, La canción, tiene como centro a su joven protagonista, Chris Guthrie, y cada uno de sus capítulos son el reflejo metafórico del proceso de formación, crecimiento y maduración de la protagonista, dividida entre sus intereses intelectuales y la atracción por la tierra, sin saber que habría un hecho externo que significaría para todos el fin de una época. Toda la narración tiene un aire por eso marcadamente nostálgico, seguramente también porque el autor la escribió en Inglaterra mientras rememoraba los paisajes de su infancia y dejando fluir también ese sentido del lirismo que caracteriza su literatura. 

La dedicatoria y la nota del autor van seguidas de un mapa en el que se recrea el espacio físico en el que tiene lugar la historia. Kinraddie es el territorio y varios elementos se conjugan en la narración, tanto de carácter personal (la evolución de la propia protagonista) como sociales, económicos y hasta políticos (la tierra, los campesinos, los ecos de la guerra y sus consecuencias, los cambios). Escocia es tanto, y así aparece en la novela, ese territorio épico que genera episodios de valor y de generosidad, como una tierra dura, que pide más de lo que ofrece. Ese contraste permanente entre dualidades, que conviven en una situación no exenta de tensiones, es una constante de la historia. Chris quiere ser maestra, un trabajo que se basa en las cualidades intelectuales, pero su destino parece ligado a los trabajos duros del campo y la crianza. Por su parte, la propia naturaleza tiene, al menos, dos caras, una de ellas hermosamente fértil y abierta a las estaciones y la otra áspera y complicada, en ocasiones contraria a la vida humana. Chris tiene ante sí el enorme dilema de decidir entre lo que desea y lo que está decidido de antemano. Las eventualidades cambiarán el destino de los protagonistas y el influjo de la guerra será definitivo. El complejo de inferioridad de Escocia con respecto a Inglaterra, el carácter receloso de los escoceses, el recuerdo de sus antiguas glorias, la evidencia de la pérdida del esplendor perdido, todo ello se aúna en una fórmula tan épica como forjada a golpe de detalles. 

El libro puede satisfacer tanto a los amantes de la novela histórica, como a los que prefieren relatos realistas, así como a los que buscan la evocación, el recuerdo y las emociones de apego a la tierra y de lucha interna para lograr los deseos. De todo eso hay aquí.  El lenguaje prístino de Gibbon resuene entre los hechos y las evocaciones de una manera incontestable y rotunda. Lo que sucede y la forma en que esa realidad modela e influye en las vidas de todos es otro elemento definitivamente conmovedor. Toda la organización del libro destila una especie de lírica oculta que va apareciendo en las descripciones y en los virajes del argumento. Y las notas finales, un gran acierto, desgranan con detalle ese espectacular universo que es la historia de Escocia. 

Sinopsis: 

Escocia, principios del siglo XX. La familia de Chris Guthrie vive en una granja. Está compuesta por su padre, de carácter despótico; su madre Janet y su hermano Will. Aunque solo conoce la vida del campo ella tiene otras inquietudes y desea ser maestra. Sin embargo, no será un propósito fácil porque su padre se lo va a impedir de todas las formas posibles. Chris pasará por varios momentos vitales, incluyendo su matrimonio y su maternidad y vivirá las transformaciones que su universo vital y todo su entorno van a sufrir con la llegada de la guerra. 

Canción de atardecer

Lewis Grassic Gibbon

Traducción de Raquel Herrera

Editorial Belvedere

Fecha de publicación: octubre 2020

Título original: Sunset Song

Próxima reseña de esta trilogía: 

Comentarios

Entradas populares