Los taxis están hechos con materia
de soledad, de presurosos besos,
de palabras sin terminar, de rápidosadioses, de cabezas que se vuelven
como pidiendo auxilio. Cada taxi
va tejiendo y tejiendo su capullo
de seda por las calles, va encerrando
su mariposa entre los hilos tensos
de la ciudad que gime y que lo envuelve.
(Imagen: fotografía de William Eggleston) (Texto: fragmento de Rafael Guillén)
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