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De nombre, Burlan; de apellido, Caster

 


La madre de mi amiga Carmen era, como la mía, una empedernida cinéfila, conocedora a fondo de todo el cine clásico de los años cuarenta, cincuenta o sesenta. Una experta. En mi casa existía una tertulia cinematográfica espontánea y entendida que lograba el milagro de que los niños nos interesáramos por el cine antes que por cualquier otra cosa. Un auténtico aprendizaje por imitación. Un conocimiento que se transmite de generación en generación y que constituye un fortísimo lazo de unión familiar y vecinal. Mi madre y la madre de Carmen no llegaron a conocerse nunca, porque ella no pertenecía a mi círculo personal de la infancia, sino que llegó después, en la universidad, pero Carmen contaba las historias de su madre y todas ellas merecían la pena. Mujeres con personalidad, fortaleza y una vis cómica inigualable. Una de las características de la madre de Carmen era su forma de nombrar a los artistas extranjeros. En el caso que nos ocupa ha pasado a la historia: Burt Lancaster, en versión madre-de-Carmen: de nombre Burlan, de apellido Caster. Ahí queda eso. Sube la apuesta si puedes. Incluso a Groucho Marx le hubiera interesado conocer el dato y quizá él también se encontró con madres parecidas, incluida la suya propia. 

(En "De aquí a la eternidad" con Deborah Kerr)

Aprendimos a conocer a Burt Lancaster en esas tertulias improvisadas que llegaron hasta nuestra juventud. Y por eso forma parte, para nosotros, del Olimpo de actores que lo hicieron todo y que todo lo hicieron bien. Desde sus acrobacias hasta sus abrazos. Desde su rostro amable a su cara malvada. Desde lo noir al oeste, a la intriga, al drama, al cine político, a la perversión, al cine histórico o las adaptaciones de novelas famosas. Todo pasó por su carrera y todo merece la pena recordarse. Burlan Caster era un crack y ver sus películas genera raros motivos de placer. Y, aunque cada cual tiene las suyas, es imposible no tener una gavilla de cuatro o cinco en la cima de tus preferencias. No sé qué diría de esto la madre de Carmen pero seguro que "Duelo al sol" estaba en esa lista, con escena de playa incluida. 

(En "La hija del pecado" con Lizabeth Scott)

(En "Forajidos" con Ava Gardner)

(En "Chantaje en Broadway")

(En "Siete días de mayo" con Kirk Douglas)

Estos actores de la talla de Burt son como de la familia. En realidad, nos hemos criado con ellos y, de mayores, seguimos contemplando sus historias con la misma devoción. El cine es un gran lazo que nos une a todos los que lo tenemos como parte importante de nuestra educación y de nuestra vida diaria. Contemplamos cómo envejecen en la pantalla pero volvemos a sus imágenes de juventud en las que se han quedado fijadas para siempre sus sonrisas, sus pasiones y sus actitudes. Los actores tienen la suerte de no envejecer nunca en cierto modo. Y cuando desaparecen, se pierde algo tan cercano y tan nuestro que nos duele. Amamos el cine y a los que lo hacen siempre que sean leales con ellos mismos y con nosotros, siempre que no nos engañen. Por eso no nos gustan los cineastas enfadados sino los que disfrutan con su tarea. Los queremos. Burlan Caster fue, es, uno de esos seres adorados por todos los que entendemos el cine como una obra de arte y como un asunto de familia. 


(En "El Gatopardo")


(En "El nadador")

(En "Duelo de titanes" con Kirk Douglas)

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