Ni orgullo ni prejuicio


(Keira Knightley es Elizabeth Bennet en 2005 y Jennifer Ehle en 1995. Nadie diría que la primera es una muchacha que vive a finales del siglo XVIII)

"Si Knightley hubiera tenido una co-estrella a su altura (se me viene a la mente el Colin Firth de la adaptación de 1995), hubiera sido perfecta"

(Ken Tucker: New York Magazine)

Cuando un libro forma parte de tus lecturas favoritas y lo has leído mil veces, siempre resulta complicado que las adaptaciones al cine o la televisión te contenten. Y si a eso le añades que la autora también está arriba del todo en tus preferencias, la conoces bien, lees todos sus libros, buscas todas las informaciones posibles sobre ella, te interesas por la época, la vida, el trasfondo histórico...pues entonces es aún peor. 

Esto no quiere decir que no haya adaptaciones que te parezcan buenas, que te traigan el espíritu del libro. Por ejemplo, ahí está "Sentido y sensibilidad" de Ang Lee, con un guión excelente de Emma Thompson y unas interpretaciones adecuadísimas, además de una ambientación perfecta. Es la muestra de que se pueden hacer las cosas bien. En el caso de "Orgullo y prejuicio" todo el mundo conoce la versión que hizo la BBC en 1995, con Colin Firth y Jennifer Ehle en los papeles principales. Es muy complicado no ya superarla, sino igualarla. Pero, a pesar de esto, se puede hacer algo digno, algo que no traicione la novela. Y, sobre todo, se puede y se debe hacer algo entretenido y no una aburrida mezcla de supuestas gracietas y de frases que suenan estereotipadas y sin vida. 


(Talulah Riley es una Mary Bennet imposible de reconocer)

Coincido con la crítica de Ken Tucker que está al inicio de esta entrada. Darcy no puede ser otro que Colin Firth. Y también coincido con las opiniones generales en el sentido de que la banda sonora es excelente. Hasta ahí llegan mis coincidencias con los premios recibidos, con los comentarios y con la calificación que de ella se hace en los portales de cine. Ni siquiera me explico cómo estuvo nominada para los Oscar. Y el hecho de que le añadieran un final que luego se suprimió en Europa me resulta de lo más lógico, habida cuenta de la visión que el film ofrece del libro, de la época, de los personajes y de la historia que cuenta. 

La versión de "Orgullo y prejuicio" de 2005, dirigida por Joe Whright y protagonizada por Keira Knightley y  Matthew Macfadyen, en los papeles respectivos de Elizabeth Bennet y del señor Darcy, me parece tan alejada del libro y tan llena de inexactitudes que lo desvirtúan por completo, que me molesta incluso verla. Me pone de mal humor. 

¿Por qué? He aquí algunas de mis razones (solo algunas, podía escribir cientos de páginas al respecto, tantas como dura el metraje):

La casa de los Bennet
La dirección artística de la película flojea enormemente. La casa de los Bennet, por ejemplo, no era una granja, sino una casa solariega, la casa de un caballero. Y funciona como tal. Cada cual en su sitio. Los animales en el establo, las personas en la casa y los criados haciendo sus faenas. Ya lo dice claramente la señora Bennet al señor Collins: "A mis hijas no se les ha perdido nada en la cocina". Si nos fijamos en la casa de la película es un verdadero desastre, rodeada de suciedad y de animales por todas partes. No hay armonía ni belleza ni serenidad por ningún sitio. 


(La señora Bennet y tres de sus hijas en la visita a Netherfield, después de que Jane cayera con un fuerte resfriado)

Los vestidos de las damas
La moda Regencia está perfectamente definida en lo que se refiere a los vestidos: talle alto, cintura Imperio, mangas de farol, cofias para las casadas, sombreros pequeños con adornos de flores o frutas, colores claros, tejidos de muselina de varias capas, botines o zapatillas bajas. Ninguna chica de la época se vestiría como en esta película, con esos colores oscuros, talles a la cintura, y esas camisas como si fueran saharianas. Hubiera bastado ver las ilustraciones de los pintores de la época, Sir Thomas Lawrence, por ejemplo. Además, ninguna mujer iría de oscuro a un baile en la época, porque no había electricidad y a la luz de las velas era imposible distinguir a la que no fuera de color blanco o pastel. 

Los peinados 
Las hermanas Bennet dan la impresión de que no se lavan. Los cabellos pegajosos y caídos sobre la cara, los moños bajos (por Dios, quién se ponía un moño bajo en la época), los flequillos, el maquillaje mate sin destacar los labios en forma de corazón o el rubor de las mejillas...Hippies de los años ochenta parecen y no señoritas de la época georgiana. Incluso la hermana de Bingley tiene ese aire californiano con mechas.  Usan unos sombreros de paja imposibles, incluida la madre. Más parece que están en la Francia de Napoleón, con las cintas y las sobrefaldas. Las señoras casadas usaban cofia, normalmente de encaje, así que esos sombreros son absurdos. 

El señor Bennet
Impensable la forma en la que se relaciona el señor Bennet con sus hijas. Un hombre educado, lento, de poca resolución, pero culto, letrado, siempre en su biblioteca y con sus libros. Nada de hablar de cerdos, como se ve en la película. Y nunca daría un beso en la boca a su esposa, como también se ve. Por supuesto, el señor Bennet no va al baile en el que se conocen sus hijas y los señores Bingley y Darcy y esto es un elemento fundamental de la trama, porque, de esa forma, es su mujer la que le hace el relato de la noche, dando lugar a situaciones cómicas.


(La Mary de 1995 y la de 2005)

Las hermanas Bennet
Las cinco están perfectamente categorizadas en la novela. Austen no hacía descripciones físicas prolijas pero el desarrollo del argumento va connotando a cada una de ellas. Jane, bella y sensata. Elizabeth, ingeniosa y decidida. Mary, un ratón de biblioteca con poco seso. Kitty, atolondrada y sin sentido común. Lydia, a la caza del casaca roja. Llama la atención que Mary Bennet, la menos agraciada y más estudiosa de las hermanas, sea interpretada por una actriz tan bella como Talulah Riley. Esto le quita todo el sentido a su papel. En la versión de la BBC de 1995 la elección de la actriz que hace de Mary es totalmente acertada. En cuanto a las otras hermanas no se trata tanto de un tipo físico como de la forma de vestir o peinarse. Si las ves en la película nunca dirías que se trata de chicas de la época georgiana. Y cuesta mucho distinguirlas en razón a cómo se conducen. 

El casting
Hay grandes actores, sí, pero mal dirigidos. También hay otros que no responden al tipo que la novela presenta, como el caso de Bingley, un perfecto idiota en la película. La risa tonta de Elizabeth no es ingenio, es eso, tontería. Darcy anda todo el tiempo con un gesto sombrío, sin ternura, ni ironía, ni orgullo, sino un absurdo gesto que no se le quita de la cara. Más que circunspecto, tiene cara de enfadado. Darcy es un hombre tímido y poco amigo de alharacas, pero no malhumorado ni cejijunto.  Caroline Bingley es monísima pero mucho más lista y menos fatua que en la novela. Y ha desaparecido la otra hermana, cuya complicidad con Carolina da lugar a situaciones de gran interés, sobre todo en Netherfield.


(Rosamund Pike es una excelente y guapísima actriz pero ¿de verdad alguien reconocería en esta imagen a un personaje de Jane Austen?)

La química
Nadie se puede creer que "esta" Elizabeth se enamore de "este" señor Darcy y viceversa. Y lo mismo ocurre con Jane y Bingley. Cero química entre los personajes que deberían atraerse y atraernos. Si no hay química, no hay enamoramiento y si no hay enamoramiento el argumento se cae totalmente. Faltan los primeros planos que den enjundia al relato. Falta la tranquilidad serena de unos hechos que van ocurriendo poco a poco. Faltan las elipsis explicativas. No se entienden la mitad de las conversaciones porque están fuera de contexto y forzadas. Las miradas son un elemento fundamental y en ellas reside la fuerza de las emociones. No puede decirse que la mirada torva de Matthew Macfadyen sea capaz de transmitir nada de esto. 

El espíritu Austen
Por mucho que se diga o se empeñe quien se empeñe yo no veo por ningún lado el espíritu Austen. No veo la delicadeza de la conversación, ni veo la ironía, la sátira, la ingenuidad ni la inteligencia en los personajes. No veo sentimientos (y Austen es eso, sentimientos mostrados en la mejor vitrina) sino apresuramiento y desconocimiento de la realidad histórica y una lectura superficial del libro. Ni siquiera se puede decir que sea una lectura "moderna" sino una lectura equivocada. ¿Cómo puede alguien pensar, por ejemplo, que Bingley entre en el dormitorio donde duerme Jane cuando esta se queda en Netherfield? 


(El señor Darcy y el señor Bingley, película de 2005)

Las hermanas Bingley
La segunda hermana de Bingley, casada con el señor Hurst, no aparece en la película, lo que es una pérdida, porque genera un think tank indisoluble con Caroline, la otra hermana. En cuanto a esta, baste ver la diferencia entre ambas actrices (la de la película y la de la serie) para entender que su papel es distinto. Y esto es un fallo imperdonable. Porque la suficiencia, el despotismo, el creerse por encima del mundo de Caroline Bingley desencadena el desapego de su hermano con respecto a Jane Bennet, siempre apoyado, eso sí, por la propia actitud del señor Darcy, que no ve conveniente ese matrimonio. Si nos fijamos en las actrices, se trata de destacar los modelitos que lleva Caroline en contraposición con el resto de las muchachas. Muy artificial y muy extranjerizante. Sin embargo, en la película, Caroline Bingley está en un plan minimalista, que se traduce también en una actitud muchísimo menos combativa.


(Anna Chancellor hace de Caroline Bingley en 1995. Ella trabajó también en "Cuatro bodas y un funeral". Es descendiente de Jane Austen)

Joe Wright tiene, por otro lado, películas muy notables, entre ellas "Expiación", en la que todo funciona como un reloj y transmite con fidelidad el aire del libro de Ian McEwan. Da la impresión de que no le ha tomado la medida a Jane Austen, o que se ha quedado con lo superficial. Tampoco la dirección artística es afortunada y menos aún el guion. El empeño de intentar estar a la altura de la serie de la BBC es muy complejo, pero podía haberlo intentado siendo fiel a la época y captando la esencia del libro. Las tres chicas Bennet menores son tontas, sin paliativos, cada una a su manera. No son encantadoras y risueñas simplemente. La señora Bennet es estridente pero su vocación casamentera no es un capricho sino la necesidad de que sus hijas se coloquen en el mundo, dado que no tienen fortuna ni hacienda por estar vinculada su propiedad al pariente varón. 


(Kelly Reilly como Caroline Bingley en la versión de 2005)

En cuanto al señor Darcy ha sido interpretado muchísimas veces, porque la novela de Jane Austen es una de las más adaptadas al cine o la televisión. Incluso el grandísimo Laurence Olivier lo encarnó, con este aspecto y un vestuario que para nada hacía justicia a la moda de la época. Para mí es Colin Firth el mejor Darcy, porque también la adaptación de la BBC de 1995 es la mejor. Porque eso es espíritu Austen, matices, detalles, lectura en profundidad de la obra, frescura, ironía, inteligencia, lo que era ella. 


Se cuenta que Emma Thompson reescribió algunas escenas, a instancias del director, aunque no cobró nada por ello y no apareció en los créditos. Francamente, me parece que tenía poco remedio la cosa, porque la "mirada" era equivocada. Y es lo fundamental. El hecho de que se confunda tan frecuentemente una época con otra y de que Jane Austen se lea con tan escasa profundidad como para no entenderla, es un motivo claro para que esta película haya podido tener éxito. Pero esto no es Austen. Y, lo que es peor, esto es aburrido. Un amontonamiento de cosas sin sentido alguno.

A mi juicio, esta película no es, solo, una mala adaptación de Jane Austen. Es también, y sobre todo, una película mediocre. 

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