El antihéroe
Harry Callahan es el rey de la ambigüedad. Por eso no resulta extraño que protagonice una película de buenos y malos. La línea divisoria entre ambos conceptos es resbaladiza a veces y por eso Don Siegel nos propone que no nos fijemos en los métodos sino en los fines. Así Scorpio es el malvado francotirador al que hay que hacer frente y Harry Callahan el héroe, en momentos antihéroe y, para la posteridad siempre, Harry el Sucio.
Todos los engranajes de la película funcionan a la perfección y el resultado no es solamente un film de género policíaco con policía-duro que a veces se salta la ley para lograr un objetivo mejor, sino, sobre todo, el nacimiento de un icono del cine que no se llama, en realidad, Harry, sino Clint. Clint Eastwood. Importado directamente de la trilogía (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo) que configuró para siempre el spaguetti western, otro género anunciado y confirmado por él, con la dirección imprescindible de Sergio Leone y la música de Morricone.
Harry el sucio inaugura lo que hoy llamaríamos una saga: Harry el sucio, 1971. Harry el fuerte, 1973. Harry el ejecutor, 1976. Impacto súbito, 1983. La lista negra, 1988. La cuarta de ellas, Impacto súbito, fue dirigida por Clint Eastwood, dando buena cuenta de su polifacetismo que tantos triunfos le reportaría en el futuro. Incluso ya había puesto en marcha su propia productora, Malpaso. Además se inaugura un modelo, una forma de interpretar al policía desengañado, harto de luchar contra los gigantes de la corrupción, la burocracia o el desinterés. Un hombre duro con un brazo de cristal y un corazón dispuesto a partirse en mil pedazos. Una mirada oblicua, una sonrisa oscura, un temperamento corrosivo, escéptico, fuera de control.
El final de la saga llegó con la edad. Eastwood se negó a pasearse por las pantallas haciendo piruetas y con una edad ya respetable. Pero el modelo se siguió en muchas películas posteriores, que encontraron en esta forma de impartir justicia o de poner en práctica los designios de la ley una especie de filón por explotar.
El personaje de Harry, que fue ofrecido entre otros a John Wayne y que este rechazó en un error evidente de apreciación de lo que podría significar, es, sin embargo, el propio Clint. Resulta ahora inseparable el actor del personaje porque esa misma forma de pasearse por los decorados y de manejarse con la violencia la habíamos visto en sus anteriores películas aunque eran de otro género. Y, en cierto modo, la marca Eastwood le sigue acompañando en sus interpretaciones, incluso en las más sentimentales, como Los puentes de Madison. Un hombre casi derrotado que saca de su escepticismo y su falta de esperanza el mayor empuje para cumplir con lo que considera que es su deber.
Sinopsis:
Clint Eastwood es Harry Callahan, un policía con fama de duro a quien sus compañeros apodan El Sucio, precisamente porque no rehúsa tareas que otros consideran demasiado desagradables incluso para el curtido pellejo de los patrulleros de las calles. Harry, el inspector Callahan, debe enfrentarse aquí a un sofisticado asesino, un francotirador que se autodenomina Scorpio, y que, tras asesinar a una mujer desde una azotea asegura que seguirá matando gente hasta que la ciudad, San Francisco, no le pague 100.000 dólares. Ambos personajes, representantes del bien y el mal, no dudarán en emplear los métodos más impactantes para conseguir vencer en esta lucha singular.
Algunos detalles de interés:
Don Siegel (1912-1991), director de Harry el sucio, fue montador, director y productor de cine. Estuvo casado con la actriz sueca Viveca Lindford. Colaboró con Eastwood en algunas películas y su estilo seco, cortante, de rodar las escenas de violencia le dan a sus obras una estética inconfundible. Siegel era uno de esos profesionales que había desarrollado parte de su carrera en el ámbito del cine negro y ese aprendizaje se nota en la película.
La música de Harry el sucio, extraordinaria, emblema de la película, es del gran Lalo Schifrin (1932), argentino, es un pianista, compositor, arreglista y director de orquesta. Es conocido por haber compuesto múltiples bandas sonoras de películas y series de televisión, especialmente el tema principal de Misión imposible. A lo largo de su carrera recibió cuatro Premios Grammy, un Premio Emmy, un Premio Cable ACE y seis nominaciones del Premio de la Academia. Posee una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood.
Los guionistas Harry Julian Fink y R. M. Fink, muy populares gracias a su creación de Columbo, personaje que, tras una gloriosa carrera en los escenarios, había debutado con éxito en televisión, con la colaboración de Dean Riesner, habían escrito el argumento de Harry el sucio con vistas a ser protagonizado por un actor popular. Tantearon a Burt Lancaster y Robert Mitchum entre otros, pero ante el rechazo de éstos se lo propusieron a John Wayne, que también rechazaría el papel considerando que era demasiado blando para él.
Aunque la película obtuvo críticas de quienes consideraban que tomarse la justicia por su mano no era políticamente correcto fue un gran éxito de público y catapultó definitivamente a la fama a Eastwood, que en breve reemplazaría a Wayne como el actor más taquillero.
Merece atención especial el villano interpretado por Andrew Robinson (hijo del gran Edward G. Robinson) que fue una de las grandes bazas de la película. Scorpio es un criminal porque así es su naturaleza y como tal se comporta. Su interpretación es de las que hacen época, y en pocas ocasiones se ha visto en el cine un delincuente tan real como repulsivo. Scorpio está basado en el llamado asesino del zodiaco, un serial killer real, que aterrorizó San Francisco sin que nunca fuera capturado. Estaba previsto que el papel lo interpretara Audie Murphy, pero este actor, que además fue el soldado americano más condecorado de la II Guerra Mundial, falleció en un accidente a los mandos de su avioneta.
Acerca de Clint Eastwood:
Pocas carreras más completas, llenas de matices, talentosas y eficaces como la de este actor que nació en 1930 y que continúa plenamente en activo. Director, actor, músico, productor, todas las facetas de la cinematografía las ha probado y en todas ha dejado su impronta. Multitud de títulos notables dan fe de su trayectoria y, probablemente, es el artista actual de mayor categoría y mayor talento. Su físico lo podía haber convertido en un sex-symbol pero su fuerza y su personalidad lograron sacarlo de ese posible encasillamiento para hacerlo caminar por senderos muy diversos. Su vida podría ser convertida en argumento. De padres acomodados, nunca logró aprobar los estudios y ejerció muchos humildes oficios, fue soldado y, una vez dentro de la industria cinematográfica, tocó todos sus resortes y todos los dominó.
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