"El misterio de la casa roja" de A. A. Milne
Resulta muy tierna la historia de este hombre, Alan Alexander Milne (Londres, 1882-Sussex, 1956). Podíamos decir que su amor por la familia le jugó malas pasadas. Y su literatura siguió caminos irregulares, quizá intentando formatos que no eran los suyos y dejando de lado lo que mejor se le daba. Es un personaje extraño, del que hay pocos datos en castellano y que merecería, quizá, una investigación más a fondo. Uno de esos autores que pasan a la historia de la literatura por algo que ellos mismos no imaginaban que trascendiera.
A. A. Milne (como firmaba su obra) tuvo un único hijo, Christopher Robin y quiso dedicarle una serie de cuentos y poemas en las que el niño era un personaje más. En esos cuentos estaba acompañado por sus propios juguetes, sus peluches. Así nació la serie de "Winnie the Pooh", que alcanzó una enorme fama y que recibe todavía culto en Inglaterra. El oso, el niño, sus amiguitos, eran, en apariencia, una forma de expresar amor de padre, pero para el chico se convirtió en un handicap. En el colegio se reían de él y tuvo que cambiar para poder sobrevivir en un mundo de chicos con poca sensibilidad para entenderlo. Su vida fue complicada porque no era capaz de hacer lo fácil y sí lo muy difícil. Entre él y sus padres había una especie de relación amor-odio. Haber formado parte del universo literario infantil que su padre creó no fue un camino de rosas, sino el principio de una serie de problemas que el niño Christopher no supo abordar. Cuando fue adulto, esa relación se resquebrajó, hasta el extremo de que ni siquiera tuvo relación con su madre durante muchos años. Christopher debió pensar que él había sido un negocio para ellos. No sabemos qué papel jugó la madre, pero algo tuvo que ver la librería que llegaron a montar y que funcionó durante años.
En 1922, justo antes de empezar a escribir los cuentos del osito, A. A. Milne escribió esta novela policíaca, una de esas novelas de cuarto cerrado, en la que todo transcurre en un espacio reducido y con unos personajes muy contados. La dedicatoria de Milne en la novela nos dice el motivo de escribirla y no deja de hacernos pensar en que este hombre tenía una concepción muy especial de la familia y de su trabajo. Se la ofrece a su padre, John Vine Milne: "Como toda la buena gente, tienes debilidad por las novelas policíacas y te parece que nunca hay suficientes. Por eso, después de todo lo que has hecho por mí, lo menos que puedo hacer yo por ti es escribirte una..."
Tengo mi propia teoría al respecto. Creo que Milne era un hombre afectuoso que no veía mejor forma de mostrar ese afecto sino con sus libros. Y que todo ese juego con los ositos y su hijo era una especie de "Cuentos por teléfono", el libro de Gianni Rodari. Su hijo estaba siempre junto a su nanny y lo veía poquísimo así que quiso hacerle una especie de recordatorio de lo importante que era para su padre. El papel de la madre, esto es teoría personal, me da la impresión de que era más práctica. El éxito del osito y sus libros hizo que fuera una fuente de dinero. Y por eso su hijo no la perdonó.
"El misterio de la casa roja", título infantil donde los haya, reminiscencias de su principal dedicación o de su estilo, es la única novela policíaca que escribió. Contiene todos los elementos para lograr el interés de los amantes del género: Una casa en la campiña inglesa. Un entusiasta anfitrión. Unos invitados con historias detrás. Un detective aficionado y su sagaz ayudante, también aficionado. Un crimen misterioso. Una desaparición.
El encanto de los libros que transcurren en la campiña inglesa, en esas mansiones llenas de escaleras, puertas y sirvientes, rodeadas de setos, de jardines y de caminitos que conducen a un cenador o a un invernadero, está precisamente en eso. En la dualidad entre crimen y belleza. En la dificultad de creer que en ese paisaje bucólico puede suceder algo sórdido. En la ocultación. En el juego de espejos, por el cual nadie es lo que parece, al menos del todo. En esas relaciones sociales que esconden lo que nadie más debería saber. Otro de los encantos de este libro en concreto es la forma de titular los capítulos, títulos ingeniosos que parecen proporcionar pistas, aunque quizá quieran confundirnos.
El misterio de la casa roja. A. A. Milne. Editado por Siruela, 2018. Traducido por Raquel García Rojas. Colección Los libros del tiempo. 226 páginas.
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Gracias!!!