Semáforos en rojo


Oyes a la gente comentar con ilusión a qué sitios acudirá en el puente. Los puentes, cuando no son físicos, sino de tiempo, llevan consigo el movimiento. Todos los que sienten que forman parte de algo, se moverán, cambiarán de lugar de residencia, viajarán, comprarán cosas insólitas, compartirán su tiempo con aquellos que aman y que les aman. 

Tu semáforo se puso en rojo un día y no hay forma de que cambie el color. A veces parece estar naranja, pero es una ilusión tan solo. Es un semáforo inamovible. No hay mecanismo, ni artilugio, ni milagro, que lo modifique. Es un semáforo que ha perdido el botón de cambio. Por eso sientes ahora que el aire te ahoga, por eso sientes que no puedes respirar casi, por eso quieres llorar y las lágrimas se esconden, por eso notas claramente que no hay nada que puedas poner al lado de esa euforia de la gente feliz. 

(Imagen: Richard Estes) 

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