Niños que escriben
Esta mañana he estado en un acto muy agradable. Se han entregado los premios literarios de la Feria del Libro del Aljarafe, que se ha celebrado en Tomares durante varios días. Por primera vez en esta Feria ha habido premios para niños y jóvenes, tanto para narrativa como para poesía. Los ganadores han leído sus poemas y relatos, dando al acto un aire entrañable.
Viendo y oyendo a esos niños he reflexionado sobre algo en lo que pienso a menudo: el imprescindible, importantísimo e ineludible papel que la lectura tiene en la formación de las personas. Si fuéramos capaces de fomentar la lectura y de conseguir que el número de lectores fuera verdaderamente alto, entonces el sistema educativo, la educación, tendría grandes posibilidades de mejorar.
Ese es nuestro punto débil o, al menos, uno de ellos. Habría mucho que decir al respecto pero en este blog me quedo con la sensación de que esos niños que tenía delante, niños que leyeron sus textos ante un auditorio, quizá por primera vez, están recorriendo el camino adecuado en su educación. El que va de saber leer, de leer, a escribir. Porque cuando uno es capaz de plasmar por escrito lo que sabe, piensa o siente, ha completado una gran parte de su formación. El lenguaje configura el pensamiento, eso ya lo han dicho especialistas de distinto signo que se han preocupado de estudiar la forma en la que el ser humano llega a conseguir hablar y convertir en palabras lo que ve. En su libro "El habla del niño" Bruner nos acerca a esta incontestable cuestión y lo mismo han hecho otros autores que han trabajado sobre el desarrollo en la edad infantil, como Miguel Ángel Zabalza.
Desde el punto de vista de los padres, todo el tiempo que uno dedica a sentarse con el niño y mostrarle palabras, dibujos que representan esas palabras, realidades, ideas por escrito, es tiempo ganado. De esos libros primeros con pastas duras, pocas palabras y muchas imágenes, el niño lector irá subiendo escalones y, si esos escalones los sube con sus padres, mucho mejor. Los niños lectores, los que entienden lo que leen, son capaces de traducir en palabras las preguntas que se les formulan, tienen un vocabulario amplio y razonan convenientemente, son los niños que han recorrido el largo camino de la lectura y de la escritura.
Quizá los profesores no valoramos suficientemente esta cuestión. O tal vez sí la valoramos pero pensamos que el niño tiene que leer en otro sitio o "venir leído de casa". Pero todo el tiempo que le dediquemos a la lectura será tiempo ganado. No solamente en la clase de Lengua (aunque sí fundamentalmente) sino en el resto de las materias, pues si un niño no sabe leer bien (y esto no es lectura mecánica, sino comprensiva también) ¿cómo va a entender nada?
Demasiadas veces oímos a profesores decir que el problema no está en tal o cual concepto sino en entender las preguntas, en dominar el instrumento básico que es el lenguaje, tanto escrito como oral. Si esto es así, ¿por qué no emprendemos la gran tarea de conseguir que la lectura sea el centro de nuestra actividad escolar?
Como ha dicho hoy en el acto el escritor y profesor Eliacer Cansino: "atrévete a leer". Pongamos en marcha un plan sistemático, cuidadoso y continuado para introducir la lectura y la escritura de textos en nuestro trabajo cotidiano en el aula, independientemente de la asignatura que estemos impartiendo. Libros, libros, libros, en el aula, para hacerles llegar a los alumnos el sentido máximo del lenguaje, única forma de que luego puedan seguir avanzando.
Hay quien dice: "sé lo que quiero decir, pero no me salen las palabras". No, no sabes lo que quieres decir, porque si las palabras no llegan a ti como deben, es que tu pensamiento no está correctamente configurado, es que te falla lo elemental.
Vamos a convertirnos en activistas de la lectura, en decididos promotores del trabajo escolar en torno a la palabra, oral y escrita. Podemos fijarnos, si queremos, en el ejemplo de Finlandia, que tan buenos resultados logra en todos los stándares educativos. En Finlandia, la lectura es lo primero, a pesar de que no aprenden a leer hasta los seis o siete años. Activistas de la lectura en nuestras aulas y en nuestro instituto, llevando libros a las clases y valorando el trabajo que el alumno hace al leer, exponer, hablar, comentar, debatir, razonar, escribir.
Esta mañana algunos niños demostraron que estaban recorriendo el camino correcto. La niña pequeña que llevaba el vestidito a cuadros y leyó una poesía, escrita por ella, con una rima esdrújula. El niño que estaba tan contento de vivir en Tomares y describía el pueblo con sonoros adjetivos. Nuestras alumnas, la de primero de ESO y la de cuarto de ESO. Ésta última, ganadora ya en otras ocasiones de premios literarios y que se revela como una escritora en ciernes, con personalidad, sentimientos y calidad. Atentos a Victoria que, como su nombre indica, navegará seguro entre los premios literarios en el futuro.
¿Activistas de la lectura?
Pues sí: atrévete a leer.
Comentarios
Nos ha gustado mucho el artículo, un saludo.