La France critique Jane Austen

 

El primer crítico francés que prestó cierta atención a las novelas de Jane Austen fue Philarète Chasles (Mainvilliers, 1798-Venecia, 1873). Cuando digo "cierta atención" no exagero porque se limitó a escribir dos frases sobre ellas, nunca agradables ni positivas, en un ensayo que publicó en 1842 sobre Walter Scott. Este ensayo no tiene demasiada importancia en el conjunto de su obra, que dedicó al estudio de las literaturas inglesas y alemanas. En ambos países, Inglaterra y Alemania, residió durante algún tiempo y esto le permitió ahondar en su idioma y en su literatura. No era nada proclive a admirar a la señorita Austen, de quien entonces se hablaba poco fuera de su país natal y de quien no había salido a la luz todavía la novedosa biografía de su sobrino, definiendo un retrato de su tía que encandiló en la época. Para Chasles Jane Austen era aburrida, insustancial y prácticamente una vulgar imitadora, aunque en este punto muestro mi perplejidad porque ¿a quién imitaba? ¿ a los escritores de gótica que hablaban de castillos y damas en apuros? ¿a los escritores de sermones o de consejos para escribir cartas? He aquí lo que una lectura superficial (si es que tal lectura existió) puede hacer de negativo sobre una obra concreta. Y eso que Francia fue de los primeros países en editar sus novelas traducidas. Este desprecio cambió a raíz de que el crítico y profesor de literatura belga Léon Boucher la calificara de genio en su ensayo Le Roman classique en Angleterre de 1878, publicado en la Revue des deux mondes. Volveremos a este ensayo de forma conveniente y amplia porque merece mucho la pena leer lo que escribe Monsieur Boucher de nuestra Jane. 



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