Tiempo de sonetos

Tengo en las manos una preciosa edición de los Sonetos de Shakespeare, una edición bilingüe del Instituto Shakespeare, preparada por Jenaro Talens y Richard Waswo. La Introducción y las notas corren a cargo del propio Richard Wasco con la versión castellana de Manuel Talens y la traducción de los Sonetos es de Jenaro Talens. Lo ha publicado la editorial Cátedra, con motivo de la conmemoración, en 2014, del 450 aniversario del nacimiento del escritor, que nació en 1564 y murió en 1616 con 52 años de edad.

Aunque estoy acostumbrada a manejar libros y a escribir de libros, este me sobrecoge. Todo Shakespeare me parece una cumbre inabordable en su comprensión y difícilmente asumible parcialmente. Ha de conocerse entero y cuanto más, mejor. 

Resulta por eso muy adecuada la Introducción que la obra contiene. La lectura de la misma arroja luz incesante acerca de la forma en la que Shakespeare componía sus sonetos, así como sobre su publicación, en la que no estuvo la mano del escritor ni para ordenarlos ni para corregirlos. Los Sonetos de Shakespeare parecen ser la muestra clara de su poética más cercana, la más sentimental, pequeñas joyas que hablan del amor, de los dilemas morales que esta pasión causa y de emociones que son consustanciales al ser humano y que, por tanto, siguen existiendo de la misma forma que él las expresa. 

Una curiosidad. Los sonetos están dedicados a un tal Mr. W. H. que no se sabe a ciencia cierta quién es. Los publicó el editor Thomas Thorpe en el año 1609 y fueron escritos con anterioridad aunque se desconoce el detalle de esa producción. Con esa dedicatoria comienza la edición original: Al único a quien se deben los sonetos que siguen Mr. W. H. toda la felicidad y esa gloria eterna prometida por nuestro inmortal poeta le desea con sus mejores votos quien se aventura a darlos a la luz. Lo firma T.T. que es el responsable, según parece, de esa dedicatoria. 

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