¡Qué verde era mi valle! (1941, John Ford)
Para mi madre En un intercambio de mensajes con mi amigo Ángel Vela sale a colación esta película. Entonces me expresa su admiración por la misma y yo le confío que no la he visto aunque mi madre la ponderaba como su película favorita. Suena raro esto, ya lo sé. Y el mismo Ángel Vela dice, con toda razón, que no se entiende que no la haya visto. De modo que aprovecho un rato antes de cenar, bueno, en realidad es más que un rato, y la busco en las redes. Aparece en YouTube muy aceptablemente y es importante esa calidad porque la película tiene una fotografía magnífica, donde los blancos son blancos, que es algo fundamental en el uso del blanco y negro. Empiezo por el principio. El niño, ya un hombre mayor, recuerda a su padre y, al mismo tiempo, su vida de la infancia, su tierra, su valle. Estamos en Gales, en las zonas mineras que tan poco gustaban a D. H. Lawrence, hijo de minero y de maestra, que abominaba de esa oscuridad de las minas. Los mineros de Ford están orgullosos de serl