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La huella de unas manos

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            Mi Rosebud, mi paraíso inalcanzable, existe. Es una salina, un espacio húmedo y cuajado de caminos de tierra y de agua salada, junto a la que se halla un fuerte casi destruido, recuerdo de la época de Napoleón que, en los lugares de mi infancia, dejó una huella muy profunda. Es el uno de enero de cualquier año y hace frío, aunque el sol está brillando en las primeras horas de la tarde. Allí estamos todos los hermanos con mi padre, porque ese es el único día del año en el que mi padre no trabajaba; el resto, todos los días, festivos, lluviosos, azotados por el calor, por la mañana, la tarde y la noche, mi padre trabajaba para que todos nosotros, sus nueve hijos, tuviéramos casa, comida, ropa, colegios y libros. En la salina el aire es muy denso y huele a verdín, a mar azulado y trepidante, a merienda recién preparada. Mi padre es delgado y de mediana estatura, con un fino bigote muy cuidado, lleva una camisa blanca de manga larga (él nunca quiso usar mangas cortas en tod

El flamenco en la escuela: pasado, presente y futuro. Cuarta Parte y Conclusiones.

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Desde este punto de vista, la problemática inicial asociada a la Didáctica del flamenco, sigue estando vigente. Es preciso, por tanto:   *Establecer espacios legales para este conocimiento. Espacios de tiempo propios y delimitados, con continuidad a lo largo de la vida escolar del alumno *Formar al profesorado que lo va a impartir. El problema aquí radica en que el flamenco es música, pero NO SÓLO Música. Radica en que es un arte complejo, no una manifestación folklórica popular. *Sentar las bases científicas en los aspectos más relevantes: orígenes, conformación, características, influencias…Todas estas cuestiones aún son objeto de debate, ¿cómo podemos entonces enseñarlas a nuestros alumnos sin un mínimo de acuerdo? ¿quién decide qué enseñar con referencia a estos puntos de conflicto? *Elaborar y difundir materiales didácticos adecuados, en soportes diferentes y con sentido de interactividad con el alumno  P asada ya la etapa fundacional de la Didáctica

El flamenco en la escuela: pasado, presente y futuro. Tercera Parte.

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La prueba de que había una auténtica inquietud en este campo por parte de muchos profesionales de la enseñanza, la tenemos en el hecho de que muchos de los profesores y maestros asistentes a los cursos, comenzaron a trabajar en el diseño y elaboración de materiales para aplicar en las aulas. Así se recoge en el libro “El flamenco y su didáctica”, publicado por el Centro de Profesorado de Castilleja de la Cuesta , entonces Centro de Profesores Cornisa del Aljarafe, en el año   1994. El libro, escrito por Manuel Herrera Rodas, José Cenizo, Agustín Gómez, Antonio Rincón, Ricardo Rodríguez y yo misma, recogía, como elemento de interés, las aportaciones de algunos de estos asistentes, en forma de unidades didácticas de carácter práctico. Así Concepción Losada y Luciana Sánchez, del Colegio Guadalquivir, trabajaron sobre La Saeta ; Juan Caballero sobre La Soleá ; Agnola Ortiz, del Colegio Zurbarán, sobre Las Sevillanas; Manuel Romero, del Colegio Benjumea Burín, sobre Los Fandango

El flamenco en la escuela: pasado, presente y futuro. Segunda Parte

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En la Colección de Materiales Curriculares para la Educación Primaria , que se editaron con motivo de la inmersión en la Logse , se dice: “La presencia del flamenco en la enseñanza constituye una necesidad insoslayable y un reto para el profesorado andaluz. Esa necesidad viene subrayada por el hecho de que el flamenco, además de tener unos valores musicales, artísticos y literarios intrínsecos, es un medio de expresión del pueblo andaluz. La escuela no puede permanecer al margen de algo tan vivo y tan nuestro, y, por lo tanto, tan cercano al alumno. El flamenco es un conjunto de formas de expresión cultural de características multiformes que incide sobre los diversos grupos sociales de nuestra Comunidad. “          Se entendía, por tanto, que el flamenco era parte de un entorno muy cercano al alumno y que, por lo tanto, partir de su estudio y conocimiento debería constituir un motivo de motivación para el trabajo escolar. En este sentido, sólo una pregunta podemos hacer

El flamenco en la escuela: pasado, presente y futuro. Primera Parte

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Las primeras experiencias de flamenco en la escuela tienen lugar inmediatamente después de promulgada la LODE (1985). En 1986 y 1987 ya hay maestros y profesores que están trabajando el tema con sus alumnos de la antigua EGB o del BUP. En este segundo caso, llegó a formar parte de los contenidos de algunas EATPs, materias de libre configuración que completaban el currículum del Bachillerato Unificado Polivalente. En cuanto a la EGB , se realizaron experiencias interdisciplinares, en lo que se llamaba Segunda Etapa, esto es, sexto, séptimo y octavo. Por mi parte, durante 5 años, desde 1987 a 1992, llevé a cabo una experiencia que abarcaba contenidos de Lengua, Literatura, Geografía, Historia, Música y Arte, con un grupo de veinticinco alumnos en un centro de un barrio dormitorio de Sevilla, sin tradición flamenca alguna. Se trataba de un proyecto de innovación educativa titulado “La cultura andaluza a través del flamenco, la poesía y el arte”, que tuvo muy buenos resultados y fue

Un día tan sólo

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Solamente un día al año él descansaba. El resto de los días sin importar festivos, puentes, veranos, vacaciones...frío, calor, lluvia, viento, temporales...él no dejaba de trabajar. No era para menos. Nueve hijos y todos en los colegios. En la calle estudiaba poca gente. La gran mayoría de los chavales entraban de aprendices, o eran mecánicos o dependientes. Algunos seguían en el negocio familiar y otros se buscaban la vida en los astilleros. En cuanto a las chicas, lo usual era que se dedicaran a ayudar en casa y se casaran jóvenes. Pero en esa casa las cosas eran muy distintas. Los libros, el cine, los estudios, la política, habían cambiado todas las mentalidades y ellas, las hijas, no pensaban en bodas sino en ser libres. El día de descanso anual era el 1 de enero, el de su santo. Se vestía elegantemente con su traje azul con chaleco y ofrecía un almuerzo al que invitaba a familiares y amigos. De costumbre le gustaba ir bien vestido, pero ese día se esmeraba más. Recibía los reg

Escuela

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La escuela tenía solamente cuatro aulas. Era, pues, una escuela muy pequeña, la escuela más pequeña que he conocido nunca. Las aulas estaban situadas dos a dos, unas orientadas al norte y otras al sur. En medio de ellas unos pequeños cuartitos indicaban los aseos. La escuela era tan pequeña que no tenía sala de reuniones, ni de reprografía, ni despachos, ni nada, nada salvo esas cuatro aulitas, enfrentadas entre sí, unas al norte y otras al sur. Era esa orientación la que las diferenciaba. Las aulas que daban al sur eran muy alegres, pues recibían la luz del sol de forma respetuosa y placentera, menos en los meses de calor y mucho más en los de invierno. La humedad se evaporaba como por arte de magia en sus paredes cuando recibían los clamorosos rayos y el aire del viento sur, lluvioso pero cálido. En cambio, las aulitas del norte eran sombrías, tenían siempre una pátina de oscuridad y tristeza, porque el sol pasaba de largo y sólo recibían el influjo de los vientos pesa

El triunfo del color

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Un sábado del mes de abril estuve en San Hermenegildo viendo la exposición   “El triunfo del color”. La sala tiene unos techos muy altos en forma de bóveda y está dividida en altísimos paneles azules, de un azul intenso, el azul del que hablaba Michaux en sus libros, el azul de la Costa Azul , que da título a la exposición. Por los espacios que delimitan los   paneles circula la gente en medio de un rito compartido, se detiene y observa, se para y comenta, se pone las gafas para mirar de cerca, se las quita para observar de lejos, se detiene, se aleja…   Primero hay que pararse en Modigliani, un retrato de aquellos que hizo a Jeanne Hebuterne, con los ojos almendrados y torcidos, una boca pequeña, roja y sorprendida, unos inacabados fondos violeta. El rato que se pasa ante el retrato de Modigliani no puede calcularse, es una duración sin tiempo, infinita, hasta que los otros visitantes te insinúan que ya está bien, que todos tenemos el mismo derecho a mirar… Luego están las

Nicolás Barreau: un rato de felicidad

He leído dos libros escritos por Nicolás Barreau: La sonrisa de las mujeres y Te encontraré en el fin del mundo. Son libros cortos, sencillos, directos. También amables, optimistas, alegres. Hablan de personas, de emociones y sentimientos, de restaurantes y cafés, comidas, colores, arte, vestidos. Están sabiamente traducidos, conservando expresiones en francés que le dan un toque trés chic. Me gustan. Llevan en la portada una especie de pegatina roja con la leyenda: Este libro te hará feliz o algo similar. Es de agradecer que el autor, un chico joven y guapo como se ve en la contraportada, se ocupe de escribir cosas tan agradables que da gusto sumergirse y que nos hacen olvidar la tristeza. He leído que una condición de la felicidad, tan efímera, es entregarse a algo que nos haga olvidarnos del mundo. Si esto es verdad, entonces los libros de Nicolás Barreau son un verdadero pasaporte a la felicidad. Lo de menos son, en este caso, las historias que cuenta. Lo mejor son sus personajes,

Un ángel en la niebla

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Dedicatoria: A ti, mamá, que ya no sabes que hoy es Navidad.          La plaza amaneció cubierta de niebla. Esa niebla era la misma que acompañaba todas las fechas, todos los años. Así, las casas se abrían y, como fantasmas, iban apareciendo en los portales niños y niñas vestidos de hadas, de pastores, de reyes magos, de animalitos, de flores…No era el desfile de carnaval que todos esperaban con impaciencia, sino la mañana que iniciaba la dulce espera de los regalos, el día que marcaba el comienzo de las vacaciones de navidad.          Todos los años igual. Los niños esperaban el milagro del sol que diera brillo a sus ropajes. Allí, una niña lleva una corona de reina y un vestido blanco, largo y azulado. En el otro rincón, aparece un pastor y, en el lado de más allá, San José desfila con su barba medio caída del trajín. Ella, la Virgen María , tiene los ojos muy abiertos y está cansada, no en vano debe fotografiarse, obligatoriamente, con todos los niños de la escuela. Ese será