La prueba de que había una auténtica
inquietud en este campo por parte de muchos profesionales de la enseñanza, la
tenemos en el hecho de que muchos de los profesores y maestros asistentes a los
cursos, comenzaron a trabajar en el diseño y elaboración de materiales para
aplicar en las aulas. Así se recoge en el libro “El flamenco y su didáctica”,
publicado por el Centro de Profesorado de Castilleja de la Cuesta, entonces Centro de
Profesores Cornisa del Aljarafe, en el año
1994.
El libro, escrito por Manuel Herrera Rodas,
José Cenizo, Agustín Gómez, Antonio Rincón, Ricardo Rodríguez y yo misma,
recogía, como elemento de interés, las aportaciones de algunos de estos
asistentes, en forma de unidades didácticas de carácter práctico. Así
Concepción Losada y Luciana Sánchez, del Colegio Guadalquivir, trabajaron sobre
La Saeta; Juan
Caballero sobre La Soleá;
Agnola Ortiz, del Colegio Zurbarán, sobre Las Sevillanas; Manuel Romero, del
Colegio Benjumea Burín, sobre Los Fandangos de Santa Eulalia; Eduardo Cruz, del
Colegio Virgen de Guadalupe, sobre el Fandango. El caso de Agnola Ortiz merece
destacarse porque se trata de una profesora de música, que integró el flamenco
en sus clases, sin reducirlo al contenedor de OTRAS MÚSICAS, como suele hacerse
por parte de los profesionales formados en los Conservatorios.
Además de estas aportaciones, todas ellas
de maestros, algunos profesores de instituto tuvieron también interés en
trabajar sobre este tema, como los casos de Dolores Escribano del IES Isbilya
que estudió la Geografía
del flamenco con sus alumnos y de Ana María Candón, del mismo Instituto que se
dedicó a trabajar sobre la ciudad de Cádiz a través de sus coplas flamencas,
ejemplos ambos del uso del flamenco como hilo conductor hacia otros conceptos y
disciplinas.
En diferentes ámbitos docentes, fuera de
los colegios e institutos, también se llevó el flamenco a las aulas, destacando
el caso de las profesoras María Teresa Jiménez, Isabel Navarro, Inmaculada Bustos
y Teresa Velasco que impartieron clases de flamenco a los internos de los
Centros penitenciarios de Sevilla.
Las premisas metodológicas eran las ya
señaladas, que venían recogidas, además, en los documentos que se incluían en
los materiales curriculares: “El proceso
de enseñanza-aprendizaje del flamenco ha de considerar factores que, en una
propuesta escolar, se han de encontrar sumidos en un concepto amplio de
currículum culturalmente contextualizado. En primer lugar, como núcleo de
conocimiento y experiencia a través de sus aspectos formales y estructurales,
de su historia, su presente y su futuro como forma de expresión en la cultura
de Andalucía, pero también como vehículo de aproximación a conocimientos
relacionados con otras áreas y que hacen referencia a sus aspectos expresivos,
musicales, lingüísticos, sociales y culturales. “
Se trataba, y se trata, pues, en primer
lugar, de abordar el flamenco como objeto de estudio en sí mismo, y, en segundo
lugar, de analizarlo como parte integrante de un contexto del que forma parte,
contexto que es geográfico, histórico, cultural y musical.
El consenso en torno a la idea expresada en
el libro “Didáctica del flamenco” que escribí en 1989 y se publicó en 1990, en
cuanto a que el estudio del flamenco habría de iniciarse a través del folklore,
tiene su base en el hecho cierto de que el flamenco no es un fenómeno de masas,
sino una manifestación artística absolutamente personal, individual y
contemporánea, con un concepto de autoría definido y sin el compromiso coral y
anónimo del folklore en general.
Lo que el flamenco debe a las distintas
manifestaciones musicales folklóricas merecería una reflexión mucho más amplia.
Sólo apuntaremos, a este respecto, que los principales estudiosos de la música
flamenca han sido los folkloristas, de los que algunos nombres como Demófilo,
Menéndez Pidal o Manuel García-Matos son sólo ejemplos.
Por tanto, incardinar un programa de
flamenco en el quehacer escolar tiene que hacerse partiendo de los elementos de
unión de este arte con otras manifestaciones musicales, por un lado y, por
otro, estableciendo relaciones transversales entre el flamenco y las diferentes
disciplinas.
Los cambios normativos experimentados en el
sistema educativo a partir del año 2000 y hasta la fecha, han traído nuevas
leyes y una incidencia menor del interés por la cultura andaluza, en general y
el flamenco, en particular, en los ámbitos escolares. Aunque han subsistido
experiencias de profesores repartidas por toda Andalucía, da la impresión de que
esa primera situación de renovación pedagógica que había afectado a este impulso, se ha parado durante
algún tiempo. Resulta lógico, por otro lado, la llegada de nuevos centros de
interés pedagógico y metodológico a las escuelas e institutos. La alfabetización
digital, todo lo que se refiere al uso de las TIC, por ejemplo, ha sido un
elemento que se ha constituido en central a la hora de abordar planes, reformas
y formación del profesorado.
En el año 2006 se promulga la LOE y, un año después, en
2007, la LEA, la
primera Ley de Educación de Andalucía, que, en su artículo 40 dedicado a la Cultura Andaluza, dice:
“El
currículo deberá contemplar la presencia de contenidos y de actividades
relacionadas con el medio natural, la historia, la cultura y otros hechos
diferenciadores de Andalucía, como el flamenco, para que sean conocidos,
valorados y respetados como patrimonio propio y en el marco de la cultura
española y universal”
El nuevo Estatuto de Andalucía reconoce la
obligación de defender y divulgar el flamenco por parte de los poderes
públicos. Por su parte, el desarrollo normativo de la LOE, en lo que se refiere al
currículo, ha introducido referencias al flamenco:
En el currículo de Educación Infantil se
afirma lo siguiente:
“Especial
importancia tiene el acercamiento activo de los niños y niñas al folklore
andaluz y, en general, a todas lals manifiestaciones propias de nuestra
cultura…”
En la Orden de 10 de agosto de 2007, por la que se
desarrolla el currículo correspondiente a la Educación Primaria
en Andalucía, al referirse al área de Lengua, incluye como objetivo:
“Reconocer,
al escuchar, la literatura de tradición oral andaluza en sus diversos niveles
de expresión (flamenco, folclore…)”
Por su parte, en el currículo de Educación
Secundaria, que se expresa en el Decreto 231/2007 de 31 de Julio y en la Orden de 10 de agosto de
2007, se establece un Bloque, dentro del área de Ciencias Sociales, llamado “El
patrimonio cultural andaluz”.
En este bloque se habla de la riqueza
patrimonial de Andalucía y de las posibilidades didácticas que ese patrimonio
ofrece. Y dice textualmente:
“Nos
encontramos así con objetos de estudio tan diferentes y emblemáticos como la Dama de Baza, el Parque de
Doñana, la red viaria de la
Bética, la
Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada, la arquitectura mudéjar, la
escultura barroca, el flamenco, las tradiciones agrarias, la artesanía en
sus diversos aspectos, etc…”
Además, en la misma área, plantea estos
problemas a resolver por el alumno de Cuarto de ESO:
“¿Cuáles
son los orígenes del flamenco? ¿Qué relaciones existen entre el flamenco y la
cultura gitana?”
Por su parte, en el área de Lengua se
insiste en “el conocimiento de la
literatura de tradición oral andaluza en sus diversos niveles de expresión
(flamenco, folklore…) iniciado en la etapa anterior”
Con relación a la última de las etapas no
universitarias, el Bachillerato, considerando lo que se contiene en el Decreto
416/2008 y en la Orden
de 5 de agosto de 2008, sobre currículo, hay que destacar la existencia de la
materia de modalidad Análisis Musical I y II perteneciente al Bachillerato de
Artes, dentro de la Vía
de Artes Escénicas, Música y Danza (el Bachillerato de Artes es el único que
mantiene dos vías diferenciadas, pues en los otros dos Bachilleratos se habla
de una vía únicamente). En el bloque 5 de esa materia se trabaja el tema OTRAS
MÚSICAS. En esas músicas se estudian el Jazz, el POP, el Rock y el flamenco.
Además, en la materia Historia de la Música y de la Danza, que está previsto sea
de oferta obligatoria en 2º de Bachillerato, aparece un bloque, el 4, dedicado
al Flamenco.
¿En qué situación está ahora mismo la
enseñanza del flamenco en los niveles no universitarios? No hablamos de los
Conservatorios de Música, en los que se han introducido ya una serie de
estudios específicos referidos a la guitarra flamenca, el baile y el cante
flamencos.
Hablamos de la educación obligatoria, sobre
todo, porque es la que pueda considerarse común a toda la población escolar. En
esta educación obligatoria, tenemos que en las etapas tempranas el acercamiento
al flamenco se hace por medio de trabajos relacionados con la tradición oral,
dentro del área de Comunicación Lingüística. Se entiende que son los centros
educativos, en uso de su autonomía pedagógica, los que concretarán este
currículo dedicando parte del tiempo a trabajar este aspecto. No hay ninguna
asignatura que se llame Flamenco en toda la enseñanza obligatoria, por lo que
su estudio ha de hacerse siempre en alguna de estas condiciones:
*Como parte del área de Educación Musical,
a criterio del profesor
*Como conocimientos incluidos en otras
áreas, sobre todo Lengua y Ciencias Sociales, en cuanto que se trata de un
sistema de comunicación basado en la tradición oral y forma parte del
patrimonio andaluz
*Como acercamiento interdisciplinar que
implique un trabajo conjunto de varias materias y que forme parte del proyecto
educativo del centro. No hay nada en la norma que impida esta forma de
trabajar, que exige una coordinación del profesorado y una apuesta de los
profesores para que el flamenco sea un núcleo de interés en el trabajo diario.
En la Educación Secundaria
es posible también que se oferten optativas propias de libre configuración de
primero a tercero de ESO. Estas optativas pueden tener como protagonista único
el flamenco o trabajarlo de manera tangencial o paralela con otras temáticas
relacionadas. Por ejemplo: la poesía popular, las fiestas tradicionales, la
música en los diversos contextos geográficos, etc.
En todos estos casos, dado que la norma no
establece una materia denominada FLAMENCO, hay que partir de la voluntad de
trabajo del profesorado, de su compromiso y de su decisión de incluirlo en el
currículo.
(Conferencia de Catalina León Benítez, Jerez de la Frontera, 2008) (Continuará)
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