Consuelo Sanz de Bremond: cuestión de indumentaria

 


Consuelo Sanz de Bremond Lloret está por toda la red. Internet es el gran espacio divulgador en el que puedes hallar noticia de su obra, de su trayectoria desde hace quince años para intentar limpiar de bulos y de mentiras ese enorme tiempo cronológico que abarca toda la Edad Media y que llega hasta el siglo XVII. Resulta muy curioso cómo ha llegado a convertirse en una investigadora independiente de indumentaria y costumbres, partiendo de su formación como bióloga especialista en insectos. Pero ahí está y por eso vamos a acercarnos un poco a ella, a vista de pájaro con buena vista, para enterarnos de qué hace y por qué lo hace. 

¿Quién es Consuelo Sanz de Bremond?

Soy una licenciada en biología, que me especialicé en la rama de zoología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Me interesé especialmente en el estudio de los mántidos de la Península Ibérica. Todavía hoy en día me apasionan los insectos. 

Hace algo más de quince años empecé a investigar sobre la historia de la indumentaria, aunque en los tres últimos años estoy más centrada en el estudio de la higiene en la Edad Media y Edad Moderna. Hay una relación muy estrecha entre la ropa, el cuidado del cuerpo y, por tanto, la higiene. Me puse a escribir una novela ambientada en el siglo XVII, por lo que tuve buscar información sobre cómo vestían y cómo era la vida cotidiana. Me empezó a gustar tanto, me pareció tan interesante, que dejé la novela y seguí con la investigación.

Pocas Matemáticas y mucha lectura

De niña y en mi adolescencia fui muy inquieta, testaruda y contestona. No fui una buena estudiante, se me daban fatal las matemáticas y el inglés (hoy en día también). 

Fui una gran lectora. No sé si lo aprendí, creo más bien que el gusto por la lectura en mí fue innato, aunque es verdad que en casa había una buena biblioteca y afición por la lectura. Devoraba todas las novelas que caían en mis manos y quise ser escritora. Durante un tiempo escribí novelitas que luego vendía en el colegio, para su lectura, por 5 pesetas. Si te das cuenta lo mío fue literatura de bajo coste. 

Me gustan las novelas y las autobiografías. Me bastan con que sean entretenidas y estén bien escritas. 
Mi referente hoy en día es José Carlos Llop. Pero mis favoritos han sido muchos, soy incapaz de elegirlos porque a una edad me entusiasmaban, por ejemplo, Agatha Christie, las hermanas Brontë, Julio Verne, Emilio Salgari, Karl May o Benito Pérez Galdós y, en cambio, hoy en día, me entusiasman Daphne du Maurier, Sorrentino, Nancy Mitford, Leonardo Padura y un largo etcétera.  

Libros, artículos, publicaciones

El primero que tengo que mencionar es el libro que he escrito con el historiador Javier Traité: «El olor de la Edad Media. Salud e higiene en la Europa medieval». Un libro del que estamos muy orgullosos. Se publicará, previsiblemente, en abril de este año. Hemos hecho un repaso exhaustivo y completo sobre el concepto de higiene y enfermedad (hay un apartado sobre hospitales y las grandes epidemias), sobre los modelos de higiene en las ciudades medievales y en el campo (cómo gestionaban los residuos), hablamos del olor de los bárbaros y del saneamiento a finales del Imperio Romano, de la época tardoantigua, etc., y también nos hemos centrado en la higiene individual: el cuidado del cuerpo, de los dientes, del cabello, del acicalamiento y, por supuesto, sobre el cuidado de la ropa.

Después citaría todos los artículos académicos, aunque destacaré «Los tocados de los relieves de Felipe Vigarny en el trasaltar de la catedral de Burgos» que escribí con José Antonio Gárate, publicado en el Boletín de la Institución Fernán González.

Un blog de referencia

Abrí el blog gracias a una conocida. Le hablé de toda la información que había estado recopilando. Le pareció interesantísimo y fascinante y me animó a mostrarlo en Internet. Apenas me lo pensé. El año pasado el blog cumplió 10 años.

He tratado que sea un blog muy visual. Me fijé, principalmente, en los libros que sobre la Edad Media y el siglo XVI escribió Carmen Bernis. En ellos hay fotografías y apartados con explicaciones más o menos extensas.

A la gente interesada en la historia de la indumentaria le gustó y le sigue gustando. Debo decir que solo he recibido alabanzas, sobre todo entre la gente que se dedica a las recreaciones. A ellos les debo, y siempre les estaré agradecida, mucha de la fama de mi blog.

A mí las redes sociales me han servido muchísimo, especialmente Twitter. Gracias a esta red social he tenido una mayor visibilidad que, por ejemplo, en Facebook. 

Sí, creo que es importante divulgar a través de ellas. En los últimos años hay muchas cuentas de divulgación sobre historia que está haciendo un trabajo fantástico, aunque, desgraciadamente, también hay lo contrario, cuentas que desinforman, politizan o difunden mitos y bulos.

Pasión por investigar 

Por la mañana hasta la hora de comer, de lunes a viernes, estoy frente al ordenador, investigando, recopilando información, escribiendo un artículo (en el caso concreto del libro sobre higiene, las horas se alargaron hasta la noche). Las tardes las dedico a leer, a escribir un relato o, simplemente, a no hacer nada.
¿Me sobra tiempo? Sí, y es el que dedico a las Redes Sociales. Twitter es muy absorbente. Muy adictivo. Reconozco que «pierdo» mucho tiempo en él. Realmente ya me dedico a lo que me apasiona: investigar. Aunque hay otro hobby que, tristemente, he dejado de lado desde hace bastantes años: hacer miniaturas para casas de muñecas.    

Y un deseo por cumplir

Mi deseo es que una de mis novelas la publique una editorial.


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Para saber más: 










Desde su cuenta en Twitter y en sus blogs Indumentaria y costumbres en España (desde la Edad Media hasta el siglo XVIII) e Historias para mentes curiosas, Consuelo Sanz de Bremond Lloret se ha convertido en todo un fenómeno de la divulgación histórica por su labor desmontando mitos populares sobre la Edad Media. En contra de la creencia extendida de que de buenas a primeras toda la humanidad se abandonó a los métodos higiénicos más nauseabundos, esta experta en indumentaria histórica explica que «es ridículo pensar que nuestros antepasados medievales no conservaran los antiguos saberes botánicos y de limpieza personal, como ridículo es pensar que las mujeres, responsables principales de las comodidades domésticas, fuesen incapaces de cuidar la higiene no solo de su propio cuerpo, sino también la de su gente».«Existen recetarios medievales para la limpieza del cuerpo, para mantener la piel sana, para quitar manchas de la ropa, para la elaboración de cosméticos, para la fabricación de perfumes»

(Periódico El Nuevo Mundo) 


(Imagen de la presentación en la página web de la Comunidad de Madrid del libro: Madrid, territorio medieval, en el que participa Consuelo Sanz de Bremond) 

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