"Las confesiones del señor Harrison" de Elizabeth Gaskell
El más reciente libro de
Elizabeth Gaskell publicado por Alba Editorial es este “Las confesiones del
señor Harrison”. Se le considera dentro de las crónicas de Cranford, aunque
antecede a estas o es, sencillamente, su precuela. Elizabeth Gaskell es una maestra
de la crónica doméstica con aire social. Sus preocupaciones van más allá de
matrimonios o chismorreos, cruzando la línea delgada que separa la vida
personal de la colectiva.
Hija y esposa de ministros de la iglesia
unitaria inglesa, se quedó huérfana de madre y por ello se crió con una tía en
el pueblo de Knutsford en el Cheshire, al noroeste del Reino Unido. Todavía en
ese pueblo se encuentran sus huellas, tanto en el Knutsford Heritage Centre
como en la The Gaskell´s Society.
Después de casarse se trasladó a
Manchester y allí su visión rural y casi idílica de la vida en la campiña se
encontró con la realidad de una ciudad industrial, en la que se vivían
constantes contradicciones entre la pobreza y la opulencia. Esa dicotomía
marcaría una parte de su obra, sobre todo la espléndida “Norte y Sur”. Su
primera novela fue “Mary Barton”, publicada en 1848 cuando llevaba tres años
dedicándose a la escritura. Es autora de una excelente biografía, la dedicada a
una de las Brontë, “Vida de Charlotte Brontë”, de 1857. Escribió cuentos
góticos, libros costumbristas, como el citado “Cranford” o el que encabeza esta
reseña, y otras novelas más íntimas, emocionales, cercanas y con un fuerte
componente de análisis psicológico, entre las que está la magnífica “La prima
Phillis”, de 1863.
Elizabeth Gaskell murió a los 55
años, en 1865, en Alton, Hampshire. Su obra constituye un hito esencial en la
novelística inglesa y, por extensión, europea, actuando como puente entre las
Brontë y la siguiente generación. Todas ellas tienen el sustrato común, nunca
superado, de la extraordinaria Jane Austen, la luz que las alumbra.
(Knutsford Heritage Center)
“Las confesiones del señor
Harrison” se desarrolla en el imaginario pueblo de Duncombe, que identificamos
con el Knutsford de su infancia. La rectoría, la oficina de correos, el pequeño
pub, la casa del médico, las casas de las familias acomodadas, los campesinos y
labriegos (en este condado hay una intensa dedicación a la ganadería de las
granjas lecheras y a la agricultura, y, sobre todo, una naturaleza que funciona
como telón de fondo y que marca el hilo de las relaciones y las horas del día.
Harrison es un joven médico que llega al pueblo como ayudante del titular.
Cuando llega allí descubre que hay muchas mujeres, sobre todo viudas y
solteronas ricas, pero está también la muchacha en la que fija sus ojos de
inmediato, la joven Sophy, hija del párroco. Las peripecias que acontecen al
joven tienen mucho que ver con un modo de vida lento, tranquilo pero no exento
de envidias, maldades y estratagemas, lo que quizá será demasiado para un joven
acostumbrado a la vida en la ciudad y que desconoce los ritmos y los ritos de
las sociedades rurales.
(Vista actual del mercado de Knutsford)
El libro, en esta edición de Alba
Editorial, lleva un apéndice muy interesante. Se trata del artículo “La
Inglaterra de la última generación”, una serie de anécdotas acerca de la vida
en el pequeño pueblo en el que residía la tía que la acogió y que nos da cuenta
del aire, de los gustos, las costumbres y también las emociones, presentes en
su sociedad. Como decía Agatha Christie, y como había demostrado con creces
Jane Austen, sobre todo en “Emma” y en “Orgullo y prejuicio”, unas pocas
familias en un entorno rural es todo cuanto se necesita para armar una buena
novela. Que no es exactamente lo mismo que “armar una buena” aunque se le
parece.
(Publicada el 19/9/2019)
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