Jane Austen (1775-1817) Una escritora.
Jane Austen nació en el pueblo de Hampshire, concretamente en la rectoría de la aldea de Steventon, el 16 de diciembre de 1775. Su madre (de soltera, Cassandra Leigh) tenía treinta y seis años y su padre era el párroco y tenía cuarenta y cuatro años. Jane fue la séptima hija y la segunda niña. James, George, Edward, Henry, Cassandra, Francis y Jane fueron los siete hijos de los señores Austen, de Steventon.
La señora Austen tenía un método de crianza que consistía en dar el pecho a sus hijos durante los primeros meses y entregarlos luego a una mujer de la aldea para que los cuidara durante un año o un año y medio, hasta que fueran lo suficientemente mayores para poder manejarlos con facilidad. A Jane la bautizó su propio padre de inmediato y luego fue entregada a alguien de la aldea.
La dificultad de indagar en la vida privada de Jane Austen está relacionado con que jamás hizo anotaciones biográficas en ninguno de sus libros. No sabemos si escribió algún diario, pero sí está claro que sus cartas fueron destruidas en su mayoría, tanto por su hermana Cassandra como por una prima. Las únicas que tenemos están fechadas a partir de los veinte años y no hay nada de su infancia.
Lo que sí sabemos a la luz de esas cartas de adulta es que mantuvo una distancia emocional con su madre durante toda su vida, una falta de apego muy consistente. Jamás se permitía confidencias sobre sus propios deseos o sentimientos y desarrolló una personalidad racional y sin sensiblerías. Por eso sorprende tanto que haya quien la considere una "novelista romántica". Una coraza aparente la protegió de la falta de afecto.
Austen era una escritora soberbia. En su obra no hay divagaciones, ni explicaciones exhaustivas de paisajes, ni tampoco subterfugios literarios. Se construyen de forma concreta y concisa, abarcando un corto período de tiempo y teniendo como protagonistas a un número reducido de personajes. Hizo suyo, más de un siglo antes, la máxima de Agatha Christie: "Un enclave rural y algunas familias es todo lo que necesito para construir una novela".
La infancia de Jane transcurrió compartiendo juegos con sus hermanos, todos chicos menos Cassandra, y los propios alumnos de sus padres en la escuela de chicos que tenían en la rectoría. Juegos varoniles mejor que juegos de niñas. El mundo de los libros estaba presente, pues, en su vida, desde la infancia, debido a que en el colegio se enseñaban todas las materias de estudio de la época y había una gran biblioteca para poder leer a su antojo. Esto no quiere decir que solo la vida intelectual presidía la vida de la familia, antes al contrario, las tareas del campo se compatibilizaban con los estudios, la escritura y la lectura.
Esa forma natural que tienen las "mujeres de Jane Austen" de relacionarse con los hombres, sin subterfugios, puede deberse al propio contacto de la autora, desde siempre, con los chicos a los que día a día trataba como camaradas y compañeros de juegos. Otro elemento relacionado con su crianza es el sentido del humor que desplegó toda su vida y que se observa con claridad en sus novelas. Sentido del humor que abarca aspectos que, en su época, podrían considerarse incluso tabú, como la mirada irónica que dirige a los clérigos.
Leer sus libros es sentirse dentro de un universo único, navegar por una prístina realidad transparente, llena de ingenio, vivacidad, sentimiento, emoción y alegría. Nada de sufrimientos románticos. Una exaltación a la vida.
Comentarios