El flamenco en la escuela: pasado, presente y futuro. Primera Parte
Las primeras experiencias de flamenco en la
escuela tienen lugar inmediatamente después de promulgada la LODE (1985). En 1986 y 1987
ya hay maestros y profesores que están trabajando el tema con sus alumnos de la
antigua EGB o del BUP. En este segundo caso, llegó a formar parte de los
contenidos de algunas EATPs, materias de libre configuración que completaban el
currículum del Bachillerato Unificado Polivalente. En cuanto a la EGB , se realizaron
experiencias interdisciplinares, en lo que se llamaba Segunda Etapa, esto es,
sexto, séptimo y octavo. Por mi parte, durante 5 años, desde 1987 a 1992, llevé a cabo
una experiencia que abarcaba contenidos de Lengua, Literatura, Geografía,
Historia, Música y Arte, con un grupo de veinticinco alumnos en un centro de un
barrio dormitorio de Sevilla, sin tradición flamenca alguna. Se trataba de un
proyecto de innovación educativa titulado “La cultura andaluza a través del
flamenco, la poesía y el arte”, que tuvo muy buenos resultados y fue una
experiencia motivadora para todos.
El
interés por enseñar flamenco en las escuelas e institutos vino de personas que
ya tenían alguna vinculación o conocimiento de este arte. Maestros y profesores
que pertenecían a peñas flamencas, que escribían letras de cante, que cantaban
ellos mismos. El paradigma de ese interés viene a ser el maestro de Mairena del
Alcor y cantaor de reconocido prestigio Calixto Sánchez, a quien hay que situar
en la vanguardia de este movimiento y agradecer su dedicación primera a la
enseñanza del flamenco en las aulas. La escuela aneja de Sevilla fue el lugar
que, en el año 1986, contempló la puesta en práctica de unas horas de clase
dedicadas a enseñar este arte a los alumnos. Fruto de ese esfuerzo por
transmitir el flamenco básico a los alumnos fue el trabajo conjunto con José
Luis Navarro que se tituló “Aproximación a una didáctica del flamenco”,
publicado por la Consejería
de Educación en 1988. En esta obra, que tenía un librito y un CD, se recogían
los diversos estilos y se acompañaban de unos ejercicios prácticos de palmas,
nudillos y guitarra. Como anécdota os diré que estuve presente en muchos
momentos de las grabaciones y fui testigo de las dificultades del fallecido
guitarrista de Lebrija Pedro Bacán para poder grabar el toque por sevillanas.
Al final hubo que recurrir a Manolo Franco, otro guitarrista consagrado, que
fue quien grabó por fin estos cantes, que dominaba perfectamente por su labor
como acompañante en grabaciones de solistas y grupos de sevillanas.
Esta
actitud divulgadora del flamenco se dio, al mismo tiempo, en otros lugares de
Andalucía, auspiciada por personas diferentes, sin que entre ellas hubiera
contacto, acuerdo o relación. Pareció tratarse de una natural reacción muy
enlazada con la reforma educativa que propugnaba la defensa y el conocimiento
de la Cultura Andaluza.
Cualquiera que haya vivido aquellos años ochenta recordará como toda la escuela
era un ámbito efervescente, que contemplaba experimentaciones en muchos
aspectos, una nueva escuela que establecía otras formas de enseñar y aprender.
Así
Agustín Gómez en Córdoba, Ana María Incertis en Granada, Paco Moyano y Paco
González en Palma del Río, Manolo Herrera en Los Palacios, Andrés Bernal en
Puerto Real, Ricardo Rodríguez Cosano en Lebrija, José Cenizo, entre muchos otros, fueron
los pioneros de este movimiento.
Comentarios
Enhorabuena por tu blog. Es fantástico.
Soy maestra de primaria y estoy elaborando un blog de flamenco en la escuela.
Si pudieras ayudarme con contenidos te lo agradecería.
Muchas Gracias
Reyes Barea
Muchas Gracias
Reyes.