"La librería encantada" de Christopher Morley
"La librería encantada" es la segunda entrega de las aventuras de Roger y Helen. La primera aparece en el encantador "La librería ambulante". Ambos títulos son definitorios de su contenido pero, para disfrutar de ellos, hay que zambullirse de plano en sus pormenores. En el primero de ellos nos encontramos al librero Roger Mifflin que decide vender su librería con ruedas, su yegua y su perro a la inquieta Helen McGill, cansada de una vida rutinaria que pretende cambiar de un plumazo. Ahora, en este segundo tomo, algunas cosas han cambiado, aunque no el espíritu romántico y cotidiano con el que se mira a los libros y a la lectura.
La Librería Encantada está en Brooklyn y ha terminado así el periplo viajero de ambos con sus libros a cuestas. Un sueño se ha cumplido, el sueño de tener, en ese espacio precisamente, en ese barrio multicolor y cosmopolita, un sitio donde los libros reinen. Y con ellos, la ilusión y la imaginación plenas. Esas recomendaciones atinadas que convierten la aventura de leer en un acto pleno de sentido y de trascendencia. Un libro para cada persona, un momento para cada libro, podría ser el resumen de esto que explico.
Su autor es Christopher Morley (Haverford, Pensilvania, 1890-Nueva York, 1957). Morley es un individuo muy interesante. Se graduó en Historia Moderna en la Universidad de Oxford y de su estancia en el Reino Unido adquirió y reforzó su natural refinamiento y su sofisticación. En este sentido es muy Noel Cöward pero sus derroteros van por otro lado. Morley volvió a Nueva York en 1913 y allí se dedicó a trabajar en la editorial Doubleday. Fue durante años un prestigioso periodista, columnista y reportero, un todoterreno de la información en unos tiempos en los que la prensa estaba adquiriendo un prestigio inusual hasta entonces, al hilo de la labor desempeñada durante la primera guerra mundial. Forma parte de ese grupo de escritores-periodistas que dominaban tanto el oficio de informar como el arte de crear.
De su formación inglesa le quedó un amor evidente por la obra de Shakespeare y, como él mismo afirmaba, una admiración clara por A. Conan Doyle, combinando sin problemas ambos afectos. No obstante, su fuente más directa de inspiración estuvo, a la par que en su propia vida y experiencias, en las lecturas de Walt Whitman y de Mark Twain, el gran pícaro americano. Si no has leído a Twain te resultará complicado entender algunos registros de escritores norteamericanos. Por su parte, Morley se considera como un maestro de escritores tan diversos como Kinsley Amis o Tom Wolfe. De este último os diré que, después de un tiempo en el que empeñaba en escaparse de mi alcance, mientras yo perseguía afanosamente meterme dentro de su "Hoguera", a día de hoy se ha producido el milagro de que mi voluntarioso afán se vea compensado con la alegría de leerla y de disfrutarla. Oh, Dios, no os lo podéis imaginar...o quizá sí....
De su formación inglesa le quedó un amor evidente por la obra de Shakespeare y, como él mismo afirmaba, una admiración clara por A. Conan Doyle, combinando sin problemas ambos afectos. No obstante, su fuente más directa de inspiración estuvo, a la par que en su propia vida y experiencias, en las lecturas de Walt Whitman y de Mark Twain, el gran pícaro americano. Si no has leído a Twain te resultará complicado entender algunos registros de escritores norteamericanos. Por su parte, Morley se considera como un maestro de escritores tan diversos como Kinsley Amis o Tom Wolfe. De este último os diré que, después de un tiempo en el que empeñaba en escaparse de mi alcance, mientras yo perseguía afanosamente meterme dentro de su "Hoguera", a día de hoy se ha producido el milagro de que mi voluntarioso afán se vea compensado con la alegría de leerla y de disfrutarla. Oh, Dios, no os lo podéis imaginar...o quizá sí....
Su obra, la de Morley quiero decir, abarca ensayos, novelas, poesías, además de los cientos de artículos que escribió en su vida periodística. Es tanto un escritor de éxito como un escritor de culto, condiciones que no suelen darse unidas en la mayoría de los casos. Refinado, lúcido, inteligente, muy british, en las fotos que se conservan de él hay siempre un aire estudiado de dandy socarrón e irónico, con sus trajes a medida, el pelo cuidadosamente engominado hacia atrás, sus gafas metálicas y su permanente pipa que lo acompaña en todas las imágenes. Estos escritores son todos muy elegantes, cosa que no podría decirse exactamente de todo el gremio...¿no os parece?...
Además de "Parnassus on Wheels" de 1917 publicada por Periférica en el año 2012 como "La librería ambulante", y de "The Haunted Bookshop" que es el título al que nos referimos en esta reseña, que se publicó originalmente en 1919, Morley publicó en 1918 un libro de ensayos "Shandygaff", así como las novelas "Thunder oh the left" de 1925, "The Trojan Horse" de 1937 y "Kitty Foyle" de 1939. Esta última fue llevada al cine, interpretando Ginger Rogers el papel principal y consiguiendo con él un Oscar de la Academia. Además, es autor del libro de poemas "The Old Mandarin" de 1947.
El humor refinado que distingue el estilo de Morley aparece en "La Librería Encantada" mientras describe a la fauna que pulula por el establecimiento, toda clase de personas que intentan vivir e incluso sobrevivir a secas, en momentos históricos tan convulsos y plagados de noticias tristes que vienen de Europa. Nueva York aparece reflejada como una ciudad abierta, plena de contrastes y acogedora de aquellos que quieren hallar un sitio donde compartir emociones. La tarta chocolate de Helen es, por otra parte, el gran elixir que los ampara.
La librería encantada. Christopher Morley. Editorial Periférica. Mayo de 2016. Traducción de Juan Sebastián Cárdenas. 320 páginas.
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