Fíjate: eres una profesional respetada. Jueza de familia, con dilatada experiencia. Estás a punto de cumplir sesenta años. Casada y sin hijos. Tu matrimonio navega en la rutina. Tu trabajo te absorbe. No podría ser de otro modo. Y, de pronto, se abren ante ti dos frentes que has de lidiar y de traspasar de la mejor forma que puedas: llega a tu juzgado el caso de un adolescente, testigo de Jehová, que se niega a ser transfundido para curar su leucemia, aludiendo a sus creencias religiosas. Y tu marido te dice, sin más, que desea tener una aventura con una jovencita porque, sencillamente, ya no puede más con el aburrimiento que le causa el matrimonio. Esta tesitura es la que se presenta en la vida de Fiona Maye cuando Ian McEwan la convierte en protagonista de su último libro, que, como los demás, publica Anagrama y que nos pone por delante el problema de la fe. McEwan lleva años tocando todas aquellas cuestiones que nos preocupan a los hombres. Cuestiones de fondo que él
¡Cumplimos 15 años! 2009-2024