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Hay historias que no interesan a nadie

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  La fotógrafa de Life Nina Leen posa con su cámara Rolleiflex en 1949  Los llamo escritos y también historias. Las vengo escribiendo desde muy pequeña. Están en hojas sueltas que se guardan en carpetas, en libretas y cuadernos, en el ordenador, en mi blog. Una especie de prosa poética, cosas imaginadas que se mezclan con cosas vividas o que debieron vivirse, anécdotas, pensamientos, acontecimientos que fueron y vinieron, un poco de todo. En muchos de ellos está la familia, están amigos y amores, en otros gente anónima, en otros gente desconocida. Las ordené por temática y por época y están organizadas, tituladas, solo a la espera de que se publiquen. Tienen títulos atrayentes y son emocionantes, tienen calidez y cuentan cosas que pudieron suceder e, incluso, sucedieron. Historias. Memorialistas y poéticas. Diaristas y llenas de sal y con agua fría en ocasiones y en otras un chorro de sol para compensar. Amor, desamor, engaño, espera, duelo, amistad, tiempo, pasado, esperanzas, vida...

"Hypnos en la ventana" de María Sanz

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  Hay novelas mediocres, regulares y malas que incluso pueden leerse con cierta benevolencia y  te entretienen. La novela admite muchos grados y no siempre la calidad se corresponde con el número de ventas o con los premios. Pero la poesía es otra cosa. La poesía mala no es poesía. La poesía no resiste la podredumbre, no resiste los juegos malabares ni resiste el error. Un mal poema, un mal libro de poemas, no es poesía y se deshará como un azucarillo en el agua por mucho que se pretenda detener su caída arrojándole un salvavidas.  Tampoco admite modas. La buena poesía se escribe con tinta indeleble, con sentimientos elaborados y construidos desde hace mucho, prácticamente tanto tiempo que ya no se puede recordar. No confundir con la emoción, por favor, que el sentimiento requiere trabajo, asentamiento, lucha y forma, mientras que la emoción se basta sola para lanzarse al vacío. Las emociones son tuits y los sentimientos, tratados.  Si no hay error, este es el número treinta de los lib

Austen entre amigos

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  La idea fue de la sevillana Librería Palas, que a mí me parece que es austenita confesa y en la que he comprado muchísimas veces. Durante un tiempo fui vecina, los años que viví en Los Remedios, que a mí es un barrio que me encanta y al que siempre vuelvo con la emoción de lo que te trae felicidad. He paseado por la calle Asunción mis penas y mis alegrías, siempre en charla animada con amigas, que han escuchado mis cuitas igual que yo las suyas. La calle Asunción, ahora y antes, es un antídoto contra todo. Lo llamábamos de esa forma: la medicina Asunción. Las amigas, Luz, Gabriela, Alma, Dulce, Lorena, Patri, Ana, Gema, la pandilla de estudiantes de arte y de historia de américa, las amigas...Y los amores, esos amores contrariados, esos amores perdidos, esos amores renovados, esos amores no vistos, esos amores que nos llevaban muchos años, esos amores que nos invitaban a un martini seco, esos amores... Así que Palas no podría tener mejor ubicación, mejor lugar para mostrarnos un para

"La herencia de los Ferramonti" de Gaetano Carlo Chelli

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  Pues ya tenemos aquí el caso de un hombre olvidado, de un escritor que en su día publicó y tuvo buena acogida pero que recorrió el territorio del olvido durante años. Exactamente igual que le sucede a muchas mujeres que escriben. Gaetano Carlo Chelli es otro de esos ejemplos en los que alguien redescubre una obra y con ella a un autor. Veamos:  En 1976 Mauro Bolognini rodó la adaptación cinematográfica de "La herencia de los Ferramonti" . Está protagonizada por Anthony Quinn, Dominique Sanda y Fabio Testi en los principales papeles. En España se estrenó un año después con el título "La herencia Ferramonti".  La historia que se narra en el libro es sencilla. Una familia de la pequeña burguesía romana vive una guerra interna que no parece tener final entre el padre y los hijos. Lo peor de cada uno sale en esta contienda de las emociones que tiene una grandísima relación con el cálculo y el interés, porque el cabeza de familia ha conseguido hacer una fortuna con su

Tiempo de ropa tendida

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  (Foto: Alfileres de la ropa. C.L.B.) Mi madre y sus amigas, vecinas de mi calle de la infancia, tenían una curiosa forma de prevenir la escucha por parte de las niñas de sus comentarios subidos de tono o subidos de sabe Dios qué. Cuando se sentaban en la cocina y aparecíamos alguna de nosotras siempre surgía quien avisaba con rapidez de que "hay ropa tendida". En ese momento cambiaba el tono de la conversación, hacían como si estuvieran hablando del tiempo o se reían sin venir a cuento. Una maniobra de distracción que quizá diera sus frutos en algunos momentos pero que en otros no servía para nada. Yo, al menos, enhebraba palabras sueltas y comentarios oídos al trasluz para componer una historia que, seguramente, ni siquiera era verdad pero merecía serlo.  Yo envidiaba aquellas conversaciones, aquellas charlas improvisadas en que ellas estaban en su salsa y disfrutaban de un contenido que nos estaba vetado a los niños. A las niñas, en realidad, porque los niños no asomaban

Había un jazminero junto a la casa

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  (Foto: C.L.B.) El jazminero había decidido escaparse. La casa de al lado lo había perdido y se encaramaba en la nuestra, como un visitante inesperado que hubiera encontrado su sitio. Buscaba el aliento de las plantas de nuestro huerto aromático, el perfume de la dama de noche, el sonido de las estrellas al reflejarse en las rosas. Había rosas de todos los colores, colores densos y colores abiertos, rosas de las de siempre y rosas con formas nuevas. Todo el jardín se mostraba como una enorme pintura que alguien hubiera compuesto inspirándose quién sabe en qué. Pero era el jazminero el que supo completar la mayor osadía y se asomaba sin aviso por ese jardín en el que se sentaban, al caer la tarde, en la hora indecisa del crepúsculo, las damas de provincia que tenían a bien conversar sobre los asuntos del día. Todas ellas eran infelices y todas ellas habían sufrido de amores. Pero el paso del tiempo las convirtió en serenas poseedoras de la sabiduría y rompió el hechizo que las condenab

"El despertar" de Kate Chopin

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  Kate Chopin es una casi desconocida escritora, que cultivó la novela y el relato. Para captar la esencia de su obra hay que remitirse a su biografía, inusual y llena de peripecias que merece la pena conocer.  Katherine O'Flaherty Faris  (1850-1904) era su nombre real y nos evoca ascendientes irlandeses. Así era por parte de padre. La historia del padre es bastante desgraciada porque murió cuando ella tenía tan solo cinco años.  Thomas O'Flaherty  fue uno de los fundadores del tren del Pacífico, y estaba a bordo del tren en su viaje inaugural cuando un puente sobre el río Gasconade se desplomó. La familia vivía en el estado de  Missouri , en concreto en San Louis, donde había nacido  Kate . La madre era una criolla francesa, muy asentada en la comunidad y ello permitió que también la niña tuviera una interesante vida social en  San Louis . Entre esta ciudad y Nueva Orleáns transcurrió su vida. Asimismo, estuvo escolarizada y adquirió cierta formación, importante para el tiempo

"Ventisca" de Marie Vingtras

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  Ventisca Marie Vingtras NORDICAlibros. Colección Otras Latitudes Traducción de María Teresa Gallego y Amaya García Gallego Imagen de cubierta: Alaska. Fairbanks. December 2006. Autor: Mark Power. Magnum Photos.  Primera edición: marzo de 2023 Título original: Blizzard                                              ¿Qué nos cuenta este libro? Un pequeño pueblo de Alaska. La naturaleza está revuelta. La tormenta de nieve está afectando a la vida de los habitantes. Una enorme ventisca. Entonces desaparece un niño. Iba de la mano de Bess y, en un momento, mientras ella se ata los cordones de los zapatos, el niño se suelta de su mano y ya no está. Hay entonces un revuelo, porque hay que encontrar al niño cuanto antes.  ¿Cómo se cuenta la historia? La historia se cuenta a varias voces. Bess, Freeman, Cole, Benedict, se alternan en la narración. Cada uno de ellos cuenta lo que está pasando y deja traslucir lo que son. Es, por tanto, una doble visión, hacia dentro y hacia fuera.  ¿Qué hay que

No me cuentes si te vas

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Si acaso alguna noche, cuando estés lejos de mí, decides ir en busca del amor no me lo cuentes no me cuentes si te vas a la caza de algo que yo no tengo no me digas si en las noches hallaste esplendor o decepción no me expliques tus dudas ante la belleza de las mujeres o ante su estupidez no me lo cuentes.  Si acaso alguna noche, después de enviarme una sonrisa en forma de dinosaurio alado, decides salir al mundo en pos de un abrazo que no es el mío no me lo cuentes no me cuentes si la noche fue fructífera, si te decepcionó, no me digas si alguien te miró de un modo especial no me expliques tu desazón ni tu desesperanza ante la gente extraña no me lo cuentes. Deja que el silencio se aposente entre nosotros cuando no haya besos que compartir. 

Si te regalan rosas

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Si te regalan rosas que no sea por agradecimiento. Que no sea para decirte que eres buena persona, para recordarte que fuiste generosa en un momento. Si te regalan rosas, que no signifiquen que tienen pena de observar tu mirada asustada, que se compadecen de tu cuerpo desnudo de abrazos, que tienen consideración por tus amargas lágrimas. Si te regalan rosas que no sea porque hiciste algún favor, porque te asomaste el abismo solo por alguien, porque guardaste tu corazón debajo de un zapato. Si te regalan rosas, que no sea por rutina. Que no sean por un día señalado. Que no sean por costumbre. Que no sean por obligación. Si te regalan rosas que no sean para expresar que tienen miedo de perderte, que no sean para retenerte si no quieres estar, que no sean para evitar que compartas tus sueños. Si te regalan rosas, que no sean por orgullo, que no sean por desidia, que no sean por desdén, que no sean por costumbre, que no sean porque quieren engañarte con un perfume inexistente. 

Presentación de "Las mujeres en Austen" en Sevilla

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Ferias

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  Una vez estuve en la feria de Guarromán, que se llama del olivar y yo entonces no lo sabía. Llevaba un vestido precioso que me había hecho mi madre, tan habilidosa siempre para todo, tan creativa. Ella y yo éramos diseñadoras y costureras a la vez, estilistas incluso, porque inventábamos formas y combinaciones que todavía no se le habían ocurrido a nadie. El vestido era naranja y tenía unas pequeñas flores a modo de ramilletes. Llevaba un gran escote de barco que hacía la pequeña manga, un poco caída nada más sobre los hombros. Y en la cintura, antes del despliegue fastuoso de la falda, una cinta de raso de color violeta. Era un vestido increíble. Ahora que lo pienso, también era maravilloso aquel de bambula en color lila, con unos tirantes súper finos, la cintura marcada, la falda espectacular y algo que ideamos entre las dos: un chal de gasa del mismo color. Y...podría enumerar un montón de vestidos durante la infancia y la adolescencia que mi madre llenó con su imaginación y su ha

¿Por qué "Emma" es la mejor novela de Jane Austen?

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  Durante el año 2015 escribí una larga serie de artículos que encuadré bajo el título "El año de Emma" y que pretendía conmemorar los doscientos años de la publicación, en diciembre de 1815, del libro del mismo título escrito por Jane Austen. Desmenucé "Emma" hasta en sus más mínimos detalles, lo que supuso que hubiera artículos de todo tipo de cuestiones relacionadas con el libro, su estilo, su momento histórico, sus personajes, sus tramas, sus adaptaciones, todo en suma lo que podía decirse en ese tiempo de "Emma". Los artículos los fui publicando en una revista digital de cultura, en la que su director me había invitado a participar con temas diversos: empecé escribiendo de cine, luego de educación, luego hubo artículos de opinión, también reseñas de libros y críticas de películas, para culminar todo ello con este arduo trabajo sobre "El año de Emma". Creo que tuvo mucho seguimiento, todo el que entonces se podía tener a través de Internet e

Oh, las amigas

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  Iba a escribir de libros pero voy a escribir de amigas. La tarde se ha oscurecido con previo aviso y la tormenta está por llegar. El suelo terrizo parece que tiene polvo y la plaza se ha quedado desierta. Se han ido las familias, los niños y los jóvenes. Se han callado los árboles. Y el silencio parece anteceder el trueno y el relámpago. Quizá llueva o quizá sea una de las tormentas secas que la primavera trae y que no me gustan. Nada de agua, solo dolor de cabeza.  Las amigas! Pocos placeres igualan al charloteo entre amigas, a la confidencia, a la historia que cuentas con detalles, que escuchas con atención. Las penas del amor son menos si la amiga te está comprendiendo y si te dice que no merece la pena, que ya llegará otro o que es mejor estar sola que mal acompañada. Las amigas! Distintas y a veces separadas, a veces lejanas y también a veces engañosas. Algunas amigas te traicionarán siempre, es una sentencia que se cumple aunque quieras evitarlo. Bruto mató a César. Algunas ami

Un héroe llamado Francisco Ibáñez

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  El menosprecio a las historias gráficas y a la literatura infantil y juvenil, además de cierto cursilísimo hábito de no reconocer lo popular, han hurtado a Francisco Ibáñez premios merecidos a su trayectoria. Hacernos felices desde niños ha sido lo suyo. Crear lectores de la nada, es otro mérito. Convertir a sus personajes en amigos de toda la vida, en gente de la familia, otra magia. Inspirar historias a los niños, aficionados al cómic por su culpa, otro hallazgo. Nada de esto ha servido en el tribunal de los sabios. Todas las horas en las que los niños han olvidado el dolor de barriga y el resfriado y la gripe, riéndose a mandíbula batiente con sus tebeos y luego con sus películas, han sido horas ganadas al aburrimiento. Él mató al aburrimiento con una simple historia cómica, con un gag. Y sus personajes...Mortadelo, Filemón, Ofelia, Irma, Bacterio...tantos otros que son menos famosos pero igualmente potentes. Su vocabulario, mezcla de castizo y cachondeo. Sus tramas, con esos espí