"La ciudad de Londres vista a través de un arco del puente de Westminster" Canaletto En la novela gótica se vuelven los ojos al mundo medieval y allí se sitúan historias excesivas y transgresoras, rupturistas con la razón y lo lógico. Aparecen elementos exóticos, argumentos inexplicables y lugares atrayentes pero también oscuros, terribles, llenos de elementos misteriosos y personajes atrabiliarios. Castillos, fosos, celdas, paisajes tenebrosos, tormentas, desapariciones, búsquedas, engaños. A finales del siglo XVIII la novela gótica era la lectura más apreciada por ese público formado por clases medias emergentes que se incorporan a la vida cultural. Es esta clase social, la burguesía, la que se aficionará a la lectura y dará lugar al fenómeno del intercambio literario a través de los libros. La novela es, por eso, el género por excelencia. Para Edmund Burke la fuente de lo sublime está vinculada a lo terrible y doloroso. Así lo cuenta en un párrafo de su obra Indagació
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