Aprender cosas Artículo de Antonio Muñoz Molina en su web personal. 14 de junio de 2011. Desde la ventana de la habitación del hotel se veía el mar inmenso de Cádiz: una horizontalidad que no cabe por el balcón, que no abarcan los ojos, tan poco acostumbrados, menos aún después de la espera tortuosa en el aeropuerto, de la estrechez del avión. El mar alivia el cansancio, la noche escasa de sueño, el madrugón inhumano. Pero más aún lo alivia el encuentro con la gente del congreso, personas sabias y entusiastas que hablan con pasión de las cosas que saben, las que están investigando, las que no están seguros de llegar a saber. No conocía a Manuel Lozano Leyva, físico nuclear que me cuenta la emoción de trabajar en los grandes aceleradores de partículas, ni a Ignacio Morgado, que esta mañana hizo una intervención magnífica sobre las zonas diversas del cerebro que rigen la racionalidad y las emociones, mostrando imágenes de resonancias magnética. A Javier Armentia, director del p
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