Fra Angelico en el Museo del Prado
La cultura no es nuestra única patria pero sí la más universal. Da lo mismo que hayas nacido en Tombuctú o en Jerez de los Caballeros. Da igual tu raza, tu religión, tu condición personal, tus bienes económicos...La cultura es el punto de encuentro en el que te reconoces cuando la mayoría de los anclajes han sido puestos en cuestión. El puente por el que cruzar para hallar al otro lado la seguridad de que alguien, alguna vez, en algún lugar, ha sentido lo mismo que tú oyendo una pieza musical, leyendo un libro o contemplando una obra de arte. Por eso nos sentimos parte del gótico o del Jinete Azul, o de la generación del 27, o de los pitagóricos. Porque hay una corriente iniciada desde el momento en que el hombre decide trasladar su emoción a cualquier forma de comunicación que lo acerque a los semejantes. Es la emoción la que preside las formas culturales, sean estas tangibles o no. Es la emoción la que distingue al artista y también la que traspasa al espectador, al lector