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La construcción del relato en la ruptura amorosa

Aunque  pasar por un proceso de ruptura amorosa es algo que ocurre a la inmensa mayoría de las personas a lo largo de su vida no hay un manual de actuación y lo que suele hacerse es más por intuición, por necesidad o por simple desesperación. De la forma en que se encare una ruptura dependerá en gran medida la manera en que la persona afectada continúe afrontando el reto de la existencia. Y en muchas ocasiones un mal afrontamiento determinará secuelas que pueden perdurar más allá de lo necesario y de lo deseable.  Esto es particularmente cierto en el caso de los jóvenes pero no son ellos los únicos que ante una situación parecida se encuentran perdidos, con ese aire de expectación desconcentrada, como si en un combate de boxeo a uno de los púgiles le hubieran dado un golpe certero que a punto ha estado de mandarlo al K.O. Incluso cuando las relaciones vienen presididas por la confrontación, cuando se adivina desde tiempo atrás que algo no encaja, la sorpresa del que se ve aban

Extrañeza de perfil

  Louise Dahl-Wolfe coloca a sus mujeres de perfil, a veces les cubre el rostro y en otras ocasiones aparecen con los ojos cerrados. Incluso si están en pareja o en grupo no hay interacción entre ellas, dando la impresión de que ni siquiera se conocen, que son extrañas, que permanecen aisladas. Es un aislamiento interior, más que exterior. Son desconocidas que apenas se mueven, estáticas e indiferentes parece que no tienen sentimientos ni deseos. 

Oh, esa chica

  /Chica americana en Italia. Ruth Orkin/ Una vez saqué un billete de tren de esos que van a todos los lugares y me subí en mi estación amiga, la de al lado de casa, aquella a la que solía ir cuando esperaba a alguien o cuando no esperaba, y me marché en busca de alguna aventura que levantara el tedio del verano, un verano muy metido en levante, un verano que obligó a que la Virgen del Carmen se quedara en el puerto y no pudiera cruzar los fiordos atlánticos de los azules esteros que rodeaban mi casa.  Saqué un billete de tren y era la primera vez que iba a viajar sola, sin primas, sin amigas, sin familiares y sin chico. Esperaba que todos me dejaran tranquila y que el chico, uno nuevo, apareciera en cualquier recodo, cafetería, autobús o parque. Entonces yo era muy de parques, muy de andar, muy de subir y bajar escaleras, muy de escalar el mundo en tren o en autobús. Y muy de iglesias. Entraba en las iglesias a descansar, a dejarme llevar por su silencio, por su especial atmósfera, y

Extranjera

  Nina Leen, Roof Sunlamps, Senator Hotel, Atlantic City, 1948. © Time Inc. Un día descubres que estás fuera de todo para siempre y que eso no es una circunstancia, sino una manera de estar, de ser, de vivir. No puedes evitarlo, no es mérito alguno, no depende siquiera de ti. Es, más bien, algo que va contigo, que no tienes intención de sacudirte porque sería inútil completamente. Y hay momentos en que pensaste que esa extranjería vital era cosa de la niñez, de la adolescencia, de la juventud. Que la madurez lograría situarte dentro de esa esfera que es la vida tal y como los demás la disfrutan, la conciben, la muestran. Pensaste en que la próxima vez las cosas irían mejor. Que en tu nuevo destino, en tu nueva situación, en ese nuevo lugar, todo sería distinto. Que algo sea distinto es un objetivo que no puedes dejar de lado. Pero recuerdas, una y otra vez, las frases del Buscón, y las tienes a mano para ilustrarte, para abrirte los ojos: "Y fuéme peor, porque no muda de condición

Una moda de cine

Bette Davis, lejos del blanco y negro de las pantallas, con una gama de colores inusual en ella y que está de última moda ahora mismo. Los flúor. La combinación de naranja y verde sigue siendo atrevida pero ella sabía usarla como nadie. Es un milagro que, no siendo una belleza al uso, tuviera la facultad de destacar y realzar todo lo que llevaba. Recuerdo el vestido negro de la fiesta de "Eva al desnudo", con los hombros al aire y la falda de anchísimas capas.  Me resulta imposible que los modistas no conozcan una de las principales referencias de la moda universal. Y mucho peor que quienes pretenden serlo sean analfabetos en la materia. Como los aprendices de "Maestros de la Costura" que, no solo desconocen cómo se toman las medidas o la aplicación de los distintos tejidos, sino que andan en blanco de cultura general, de cultura de la moda y de cultura sin adjetivos. Un horror. Sin la moda de cine la historia del vestido no sería la misma. Los diseñadores d

Un aire del pasado

  (Foto: Manuel Amaya. San Fernando. Cádiz) Éramos un ejército sin pretensiones de batalla. Ese verano, el último de un tiempo que nos había hechizado, tuvimos que explorar todas las tempestades, cruzar todas las puertas, airear las ventanas. Mirábamos al futuro y cada uno guardaba dentro de sí el nombre de su esperanza. Teníamos la ambición de vivir, que no era poco. Y algunos, pensábamos cruzar la frontera del mar, dejar atrás los esteros y las noches en la Plaza del Rey, pasear por otros entornos y levantarnos sin dar explicaciones. Fuimos un grupo durante aquellos meses y convertimos en fotografía nuestros paisajes. Los vestidos, el pelo largo y liso, la blusa, con adornos amarillos, el azul, todo azul, de aquel nuestro horizonte. Teníamos la esperanza y no pensamos nunca que fuera a perderse en cualquier recodo de aquel porvenir. Esa es la sonrisa del adiós y la mirada de quien sabe que ya nunca nada se escribirá con las mismas palabras.  Aquel verano fue el último antes de separa

Con noticias de Frank

  La familia de Jane Austen estuvo íntimamente ligada a los conflictos navales que mantuvo Inglaterra con el reino de España durante el siglo XVIII. Concretamente, sabemos que Frank Austen, que alcanzaría el título de sir y el grado militar de almirante, participó en el bloqueo de Cádiz, operación militar que comprendía el cerco, bombardeo y combate anfibio en torno a la ciudad y que duró dos años, desde el 2 de abril de 1797 al 13 de mayo de 1799. Aunque se ha dicho que la escritora no sentía interés alguno por los acontecimientos políticos, sociales y militares que estaban sucediendo, ello no puede tener visos de verosimilitud habida cuenta de que, como sucedía a tantas familias, los suyos estaban implicados de algún modo. Sus hermanos Frank y Charles eran marinos. Charles estuvo muchos años embarcado llevando a su familia con él, de modo que su esposa y una de sus hijas murieron en alta mar. En los meses en que el bloqueo de Cádiz se estaba iniciando, con una flota inglesa al mando

La paz es un cuadro de Sorolla

  (Foto: Museo Sorolla) La paz es un patio con macetas con una silla baja para poder leer. Y algunos rayos de sol que entren sin molestar y el susurro genuino del agua en una alberca o en un grifo. Y mucho verde y muchas flores rojas, rosas, blancas y lilas. Y tiestos de barro y tiestos de cerámica. Colores. Un cuadro de Sorolla. La paz es un cuadro de Sorolla.  Dos veces tuve un patio, dos veces lo perdí. Del primero apenas si me acuerdo, solo de aquellos arriates y ese sol que lo cruzaba inclemente y a veces el rugido del levante y una pared blanca donde se reflejaban las voces de los niños y una escalera que te llevaba al mejor escondite: la azotea, que refulgía y empujaba las nubes no se sabía adónde. Un rincón mágico era ese patio, cuya memoria olvidé, cuya fotografía no existe, cuya realidad es a veces dudosa.  Del segundo jardín guardo memoria gráfica y memoria escrita porque lo rememoro de vez en cuando, queriendo que vuelva a existir, queriendo que las plantas revivan y que la

Barrio de la Pastora

Una amiga de Twitter comentaba que era incapaz de sentir por otra Semana Santa lo que sentía por la de su tierra. Y que, cuando llegan estas fechas, su corazón volaba hasta allí y era capaz de recordar miles de detalles vividos en sus calles, junto a su gente, en su suelo. Es así como funciona la nostalgia y su hermana mayor, la memoria. Es así como notamos casi imperceptiblemente, que hay un poso en nosotros que nunca se termina de notar y que responde a lo que hemos sido, a lo que nos ha convertido en lo que somos. Cuando la vida te arranca de tu tierra se siente una punzada de permanente dolor y te preguntas ¿por qué? y no tienes respuestas y piensas que debiste hacer las cosas de otra forma, que debiste reaccionar no sabes cómo pero volviendo, siempre volviendo, nunca marchándote de tus raíces. Perder las raíces es perder la biografía, perder el sentido de la medida de las cosas, perder lo que construye la vida en ti mismo. Muchos cometemos el error de volar, de correr, de saltar y

Días de olor a nardos

  La memoria se compone de tantas cosas sensibles, de tantos estímulos sensoriales, que la mía de la Semana Santa siempre huele a nardos y a la colonia de mi padre; siempre sabe a los pestiños de mi invisible abuelo Luis y siempre tiene el compás de los pasos de mi madre afanándose en la cocina con sus zapatos bajos, nunca con tacones. En el armario de la infancia están apilados los recuerdos de esos tiempos en los que el Domingo de Ramos abría la puerta de las vacaciones. Cada uno de los hermanos guardamos un recuerdo diferente de aquellos días, de esos tiempos ya pasados. Cada uno de nosotros vivía diferente ese espacio vital y ese recorrido único desde la casa a la calle Real o a la explanada de la Pastora o a la plaza de la Iglesia, o a la puerta de San Francisco o al Cristo para ver la Cruz que subía y que bajaba. Las calles de la Isla aparecen preciosas en mi recuerdo, aparecen majestuosas, enormes, sabias, llenas de cierros blancos y de balcones con telas moradas y de azoteas co

E de Elvira

/Sophia Loren/ Elvira era una artista de cine. Tenía la figura, el rostro y el gesto adecuados. Tenía, sobre todo, el aire desvalido, la soledad y la ausencia precisas. Un pasado triste, una orfandad inexplicable y una familia extraña. Era una de esas niñas intermedias que no interesan a nadie y una joven con la mirada puesta en otras cosas, más allá del colegio y de los chicos. Por eso quizá pasó tantas horas en la sala de cine que tenía junto a la casa, esa casa familiar, blanca, casi georgiana, que se volcaba al Atlántico y que recibía el viento del sur con una elegancia única. El cine era su mayor bien y su mayor medicina. Las tristezas se volvían transparentes y las horas pasaban con una calculada rapidez. El desenlace de la película de espías o de miedo, el muchacho que cabalgaba con ese aire cansado que a ella le recordaba a alguien o el The End sobrevenido en el mejor momento, todo eso era parte de su biografía y así la transmitió a sus hijas con tanto lujo de detalles que toda

Woody en París

  Los que formamos la enorme legión de militantes en la fe Allen esperamos siempre con entusiasmo y expectación su última película, no la que termine con su carrera sino la que continúe con la misma. A ver qué dice, a ver qué pasa, a ver qué cuenta. Esperamos su narrativa y sus imágenes, creemos en sus intenciones y admiramos que vuelva a trabajar con profesionales tan magníficos como este Vittorio Storaro, director de fotografía, que dejó en la retina sus dorados memorables en otras de sus películas y que ahora plasma un París de ensueño. ¿Quién no querría recorrer este París? En el imaginario Allen tiene un papel esencial la suerte, la casualidad, aquello que surge sin esperarlo y que te cambia la vida. Él cree firmemente en eso y nosotros también. Shakespeare lo llamaría "el destino" y Jane Austen trataría de que la razón humana compensara las novelerías de la naturaleza. Allen también cree en la fuerza de la atracción y en la imposible lucha del ser humano contra sí mismo

Cartas, relaciones, cartas...

  Cartas, relaciones, cartas: tarjetas postales, sueños, fragmentos de la ternura, proyectados en el cielo, lanzados de sangre a sangre y de deseo a deseo. (Miguel Hernández) En el mes de diciembre de 1817 —unos meses después del fallecimiento de Jane Austen—, el editor Murray publicó las dos novelas que Jane había dejado manuscritas: The Elliots y Miss Catherine , que Cassandra y Henry decidieron titular Persuasion y Northanger Abbey , donde aparece por primera vez el nombre de la autora. Henry se encargó entonces de escribir la nota biográfica de su hermana —el día 13 de diciembre de 1817— que se incluiría en la edición de estas dos novelas editadas póstumamente, y el día 20 de ese mismo mes añadió un epílogo con extractos de dos cartas de Jane, de quien destacaba su ingenio, bondad y modestia. Eran las primeras cartas publicadas de Jane Austen. Sabido es que Cassandra Austen fue nombrada por su hermana Jane heredera universal y albacea en su testamento. Cassandra heredó así un númer

Curso de verano

  /Campus de Northwestern University/ Hay días que amanecen con el destino de hacer historia en ti. No los olvidarás por mucho tiempo que transcurra y esbozarás una sonrisa al recordarlos: son esos días que marcan el reloj con un emoticono de felicidad, con una aureola de sorpresa. He vivido mil historias en los cursos de verano. Durante algunos años era una cita obligada con los libros, la historia o el arte, y, desde luego, de todos ellos surgía algo que contar, gente de la que hablar y escenas que recordar. El ambiente parece que crea una especialísima forma de relación entre los profesores y los estudiantes, de manera que no hay quien se resista al sortilegio de una noche de verano leyendo a Shakespeare en una cama desconocida. Aquel era un curso de verano largo, con un tema que a unos apasionaba y a otros aburría, en una suerte de dualidad inconexa. Sin embargo, el plantel de profesores no estaba mal. Había alguna moderna con ínfulas, que este es un género repetido, y también uno

Siete libros para cruzar la primavera

  He aquí una muestra de siete libros, siete, que pueden convertir cualquier primavera en un paraíso de letra impresa. Siete editoriales independientes de las que a mí me gustan, buenos traductores, editores con un ojo estupendo.  Aquí están Siruela, Impedimenta, Libros del Asteroide, Hermida, Hoja de Lata, Errata Naturae, Periférica. Siete editoriales en las que he encontrado muchos libros bonitos, muchas buenas lecturas. En Errata Naturae los de Edna O'Brien con su traductora Regina López Muñoz, que está también por aquí. De Impedimenta mi querida Stella Gibbons y mi querida Penelope Fitzgerald entre otras escritoras que eran desconocidas para mí. Ah, y Edith Wharton, eterna. Los Asteroides traen a Seicho Matsumoto y eso ya me hace estar en deuda con ellos. Y los clásicos en Hermida. Y Josephine Tey completa en Hoja de Lata. Y Walter Benjamin en Periférica. Siruela es la editorial de las grandes sorpresas.