Ir al contenido principal

Entradas

"Crimen en Cornualles" de John Bude

  Este es uno de los clásicos de la novela negra de la British Library que edita en español Duomo Ediciones. En concreto la primera edición ha salido en abril de 2023 con la traducción de Marcelo E. Mazzanti y una introducción a cargo de Martin Edwards. La introducción me ha parecido absolutamente necesaria y aclaratoria. Porque ¿quién es John Bude? Yo me he hecho esta pregunta y creo que vosotros también. Porque no lo tenía entre los escritores del género crimen y no lo conocía de nada. Resulta que no solo escribió crimen sino también novela fantástica y tuvo mucho éxito con ellas. Suele suceder que al éxito llega el olvido, es una vieja historia que se repite. No sé qué elegiría un escritor: si éxito en vida y olvido posterior o ignorancia para luego llegar al culmen de la fama póstuma.  Esta novela fue la primera del género que escribió Bude, con seudónimo por supuesto, como tantos otros, porque parece que el género no se aviene bien con los nombres largos y serios de algunos. Fue e

Memoria Jonda del Flamenco: el libro del centenario de Granada'22

 La conmemoración del centenario del concurso de cante jondo de Granada en 1922 dejará un interesante catálogo sobre la exposición que se realizó en el palacio de Carlos V de la Alhambra y este libro en el que se recogen 37 artículos, escritos todos ellos ex profeso y por encargo de los coordinadores Rafael Gómez Benito y Rodrigo F. Gómez Jiménez, que han hecho un gran esfuerzo recopilatorio y organizativo. Los artículos responden a los grandes apartados en los que se pretende mostrar, por un lado, la génesis del concurso, el ambiente cultural en Granada en la época, las figuras participantes o que tuvieron algo que ver con el mismo, la huella que dejó y la polémica suscitada al respecto. Una buena manera de que la conmemoración no pase de largo, porque será este libro y el catálogo los que sobrevivan a la efemérides.  Todos los artículos son importantes y sus autores gente de mérito y de sabiduría flamenca, lo que hace interesante su lectura y los distintos puntos de vista que se exhi

"Barbie" o el feminismo rosa

  En Barbieland viven las Barbies y los Ken. Ellas disfrutando de una posición de dominio y ellos en plan blandengue, una especie de complementos a la altura de los zapatos, las cintas del pelo o los sombreros. Una de esas Barbies no está nada contenta con la situación, ella aspira a más, aunque no sabe a qué, quizá siente que ese mundo en el que todo está hecho a su medida no le gusta porque es más interesante tener que luchar para conseguir las cosas. O algo así. De modo que decide ir al mundo real, donde las Barbies son, ya lo sabemos, unas bonitas muñecas con las que las niñas juegan y les cambian la ropita. Como la muñeca Barbie, la chica Barbie tiene a su disposición a un Ken. Y ese Ken también tiene ansias de correr aventuras, por eso salta a la realidad con ella. Ahí está el argumento inicial de la película. Un apunte: el mundo de Barbie es aquel en el que todo está hecho a la medida de ellas y el mundo real es un infierno para las mujeres y un paraíso para los hombres. La preg

El tiempo en que el verano tenía sabor a fresa

  El actor Josh O'Connor y la directora Alice Rohrwacher en el rodaje de  La chimera  (© Simona Pampallona) Sí, tenía un aire a Josh O'Connor, tranquilo, seguro de sí mismo, tierno y siempre dispuesto a la conversación. Era el más inteligente de los muchachos del grupo. Tenía una especie de autoridad moral sobre los otros. Y las chicas lo miraban con interés. A muchas de ellas les hubiera gustado para casarse. Pero él, esta es la realidad aunque yo no lo vi, estaba enamorado de mí. Tenía casi diez años más, que son muchos, por eso estaba en la universidad y yo en el instituto, pero la única que lo entendía, que le seguía sus disquisiciones y sus dudas, era yo. Y eso era lo mejor que teníamos. No hicimos el amor nunca, creo que ni siquiera nos besamos, porque daba la impresión de que había que esperar el momento, pero, en realidad, eso era amor con todas las letras.  Su compañía tenía el aire del verano. El resto del año estaba estudiando en Madrid y solo venía de vacaciones. La

Ellen von Unwerth

Ellen Von Unwerth es una fotógrafa nacida en 1957 que trabajó antes de modelo durante unos diez años. Después cambió su ocupación, tomó la cámara y comenzó a realizar fotografías de moda muy especiales, tanto en color como en blanco y negro. Las que vemos aquí son una pequeña muestra. Ellen nació en Frankfurt (Alemania). Huérfana casi desde su nacimiento, pasó su infancia en una casa de acogida y su adolescencia como okupa en una comuna ubicada en Munich. Quizá por eso le gusta tanto representar el lujo y la sofisticación, la belleza de lo elegante. Dio su primer paso como modelo en París, posando para grandes fotógrafos como Oliviero Toscani y Helmut Newton, donde con cada sesión descubrió que su verdadera pasión era la fotografía. Su novio de ese entonces, que era fotógrafo, le regaló una cámara. Su primera toma de contacto con la fotografía profesional fue en Kenia, donde tomó fotos de la población y de los niños de esta ciudad. Nunca imaginó que las fotografías serían publicadas po

Baile a la luz de las velas

(Pintura de Jack Vettriano) Ocupar el ocio es una de las prerrogativas de las sociedades avanzadas. Cuando uno tiene asegurada la supervivencia, no tiene que ir a cazar animales para obtener pieles ni alimento, cuando la vida sigue su curso organizadamente, entonces nos encontramos con que hay tiempo libre que llenar.  Los personajes de Jane Austen tienen en su mano las diversiones normales de la gente como ellos en el tiempo en que vivieron. Jugar a las cartas; conversar; hacer visitas; jugar a los juegos de palabras; a las adivinanzas, o a las charadas; bailar; salir a cenar fuera; hacer una excursión al campo; asistir a una velada musical; tocar el piano…; coleccionar acertijos... Bailar a la luz de las velas era una de las más atractivas distracciones para cualquier joven. Cuando los señores Weston (en "Emma") quieren agasajar con un baile a Frank Churchill, dado que su casa es demasiado pequeña, deciden comprobar las condiciones de “La Corona”, una es

El vestido

El vestido llevaba muchos días colgado en el armario. Perfectamente planchado y colocado en su sitio. Sin nada que estorbara sus volantes bajos estilo años 20. Sin que su color rosa maquillaje, suave, tierno, se viera afectado por el sol del estío que entraba por la ventana del dormitorio. Era un vestido dispuesto para ser feliz. Un vestido reidor. Un vestido que llevaba escrita la palabra "encuentro". La palabra "cita". La frase "quiero mirar tus ojos junto al río". Ella se enamoró del vestido nada más verlo. Y así lo tuvo presto para ese momento, del final del verano, allá por el mes de septiembre, en el que descubriría con él a un hombre lleno de dulzura, un hombre tierno, un hombre al fin y al cabo.  Los días pasaron y las noches. Las palabras ardieron en pavesas. El final del verano dio paso al otoño. El río desdibujó su perfil y ya no tuvo esa firmeza etérea de los amaneceres ni tampoco la fuerza rotunda de las noches. El vestido se agostó

Me pesa tanto el corazón...

Opción 1: Amor mío. Perdóname por escribir estas palabras. No creí que fuera capaz de hacerlo. Sé que te extrañará leerlas, que no las esperas y que querrás que no hayan sido escritas. Pero me pesa tanto el corazón que tengo que aligerarlo y decirte que, a pesar de que lo he intentado, no he podido dejar de amarte nunca.  Opción 2: Querida....Lo he intentado, créeme. He buscado la forma de quererte a mi manera. Pero no existe o yo no la he hallado. Y por eso, porque no puedo responder a tu sentimiento, hoy te escribo que me marcho, que no volveré y que me pesa tanto el corazón que debo separarme de ti para siempre.  Opción 3: Escríbela tú mismo, tú misma. Es tu vida.  (Imagen de Jack Vettriano)

Nunca contigo

Has llenado la bañera casi hasta el borde. El agua está muy caliente. Lo necesitas. Has colgado el teléfono y le has quitado el sonido. No quieres oír su voz, total va a mentirte. Has encendido un cigarrillo que no vas a fumarte. Por enésima vez has decidido dejar de fumar. Aunque dentro de poco volverás a las andadas. Has llenado una copa de cava y te has sumergido en el agua, con el pelo suelto, sin desmaquillarte, con los labios rojos y las uñas pintadas.  Estás pensando. Tu instinto te dice que te ha utilizado. Que toda esa parafernalia que a ti te ha llegado al corazón es pura dinamita, pensada únicamente para lograr un objetivo. Y el objetivo no eres tú, no es nada tuyo. Eres un instrumento nada más. No quiere poseerte. No quiere tu cuerpo, ni tu alma. No quiere tus ojos, ni tu boca. No quiere tus manos ni tu piel. No quiere nada tuyo. Eres un instrumento, como tantos otros.  Has sentido un dolor indefinido clavado justo en un costado, a un lado de la espalda. Como si

Ella está sola

Mira sin ver a través de los visillos de blanco tul, con un pequeño frunce que los hace más ligeros y flexibles. Es una amplia ventana. Un ventana blanca, como blanco es el alféizar y como blanca es la pared. Y blanca, limpiamente blanca, la suave tela que cubre el asiento en el que ella descansa. Estática, quieta, la mirada fija en un punto inexistente. No observa lo que ocurre, recuerda lo que siente. Mira hacia dentro. Hacia un punto de su corazón que ahora mismo sangra. Una punzante herida que se ha abierto cuando menos lo esperaba. Una herida que se infringe sin querer, quizá, pero con saña. Su corazón sangra y sus manos sostienen, indiferentes, una taza de café que nadie beberá. Lo espera. Lleva esperando muchas horas, años quizá. Lo espera, pero sabe que nunca llegará. Que una tela de araña, espesa y persistente, nublará su conciencia y lo alejará de este lugar del mundo en el que ella se sienta, paciente, a esperarlo. Cruza las piernas enfundadas en sus medias negras, sus p

Y llegarás a casa

Es igual, qué más da. Tómate todo el tiempo del mundo. Está ahí, lo tienes a tu lado. En torno tuyo. No hay nada que interrumpa esa secuencia de horas y de minutos en la que estarás sola. Nadie te llamará. Nadie dirá que tienes un color tan hermoso de piel que brilla cuando el sol se asoma a tu ventana. Nadie te besará la comisura de los labios y aspirará tu olor. Nadie venderá ante ti su belleza para que tú la sorbas a tragos largos. Nadie te espera. Y llegarás a casa a tiempo de todo. Lo que tienes que hacer no tiene horario. Llegarás y allí te sentarás tan sola como antes. Tan perdida que no sabrás si estás dentro o estás fuera. Porque no hay ningún sitio en el que olvides. Porque no hay ningún hueco en el que puedas esconderte, aunque quisieras. Y llegarás a casa y allí te esperarán los recuerdos de un tiempo que escribiste con letras que no existen. Y llegarás a casa y tocarás tu cuerpo sin reconocer apenas que fuiste una flor que se abrió en otras manos.  (Imagen de Jack V

"Los amores de Sylvia" de Elizabeth Gaskell

Una vez que descubres a Elizabeth Gaskell la adoras para siempre. Reconoces en ella a una escritora de pulso firme, a una mujer de convicciones y a una observadora de la vida, plena de matices y de pequeños detalles. Como otras mujeres de su generación (1810-1865), es una indomable, alguien que depositó en la escritura bastante más que una afición o un entretenimiento.  Resulta muy curioso comprobar como sus libros no se paran, únicamente, en la clase a la que ella pertenecía, la más acomodada e instruida, sino que bucea en las contradicciones que la vida de los obreros y de la gente del campo presentaba en estos años mediados del siglo XIX.  En su famoso libro Cranford , escrito durante su estancia en Manchester, plasma con toda sensatez la difícil vida de los trabajadores y la oscuridad de la misma. Otra obra de singular relevancia es Norte y Sur y, seguramente su obra maestra es Hijas y esposas , en la que la doble vertiente de la vida privada y de la vida social se une

"Cranford" de Elizabeth Gaskell

Elizabeth Gaskell (1810-1865) es la escritora en lengua inglesa de carácter más social de todas las que vivieron en el siglo XIX que son muchas. Nació siete años antes de que muriera Jane Austen (1775-1817) y conoció en primera persona las tensiones provocadas por la Revolución Industrial ya que, al casarse, se fue a vivir a Manchester. El contraste entre la vida en esa ciudad y su infancia en el pueblecito de Knutsford , en el que vivió tras la muerte de su madre, es brutal. Por eso los aspectos sociales tienen en ella una fuerza especial, por eso no deja de lado la situación de clases desfavorecidas que se ven abocadas a dejar las campiñas para ir a trabajar a las grandes fábricas textiles en esos años de cambio económico.  Sus preocupaciones morales, una visión costumbrista que se plasmó en algunas obras, el género fantástico, la vida doméstica y sus avatares, las novelas sentimentales o las biografías (magistral la de Charlotte Brontë), son las temáticas que ocupan sus

"Las confesiones del señor Harrison" de Elizabeth Gaskell

El más reciente libro de Elizabeth Gaskell publicado por Alba Editorial es este “Las confesiones del señor Harrison” . Se le considera dentro de las crónicas de Cranford, aunque antecede a estas o es, sencillamente, su precuela. Elizabeth Gaskell es una maestra de la crónica doméstica con aire social. Sus preocupaciones van más allá de matrimonios o chismorreos, cruzando la línea delgada que separa la vida personal de la colectiva. Hija y esposa de ministros de la iglesia unitaria inglesa, se quedó huérfana de madre y por ello se crió con una tía en el pueblo de Knutsford en el Cheshire, al noroeste del Reino Unido. Todavía en ese pueblo se encuentran sus huellas, tanto en el Knutsford Heritage Centre como en la The Gaskell´s Society. Después de casarse se trasladó a Manchester y allí su visión rural y casi idílica de la vida en la campiña se encontró con la realidad de una ciudad industrial, en la que se vivían constantes contradicciones entre la pobreza y la opulenci

"Hijas y esposas" de Elizabeth Gaskell

 La gran Elizabeth Gaskell publica este libro, por entregas como era habitual, entre 1864 y 1866. Es una historia "doméstica" pero de la que se pueden extraer conclusiones, como suele pasar con todos los libros de Gaskell. Nada es tan pequeño como para que no nos sirva en nuestras reflexiones. El espacio físico es el pequeño pueblo de Hollingford. Allí vive el señor Gibson, un médico atento y preocupado por su trabajo, pero que se ha quedado viudo con una hija en edad de casarse. Una jovencita a la que su padre no entiende ni es capaz de controlar. Para la gente de la época era muy importante tener claro quiénes eran los pretendientes, cuál su posición e intenciones y si les convenía o no para sus hijas. Pero esta labor parece exceder de las capacidades del señor Gibson. De modo que, como tantos otros hombres en aquellos años, decide casarse de nuevo y para ello elige a una señora respetable, maestra de escuela y con la edad apropiada, también viuda y madre de una muchacha b