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"Proscritas. Cinco mujeres que cambiaron el mundo" de Lyndall Gordon

(Retrato de Olive Schreiner) Lo que hacen estas cinco mujeres es hablar cuando no debían o cuando se esperaba que estuviesen calladas. No debe parecernos nada raro. Las mujeres tomaron la palabra muy tarde, la palabra pública, me refiero. En la intimidad, en el interior de los hogares, las mujeres decidían y luchaban por la prole y la familia de una forma constante y decidida. Pero cuando se traspasaban los umbrales y se salía a la calle, a la vida política, al arte o a la simple expresión de la opinión, entonces los que tenían la palabra eran los hombres. La salida al exterior de las mujeres tuvo en la literatura una forma de colarse por la puerta de atrás. Las mujeres que escribían, aunque no firmaran con sus nombres y lo hicieran con iniciales, con los nombres de sus esposos o de otros hombres, tuvieron la capacidad de abanderar, sin quererlo o con intención, la salida al exterior de todas las voces femeninas. El silencio terminó para muchas de ellas, no solamente las que es

"Lejos de Cassandra": Cartas de Jane Austen a su hermana

Lejos de Cassandra. Jane Austen Traducción y edición a cargo de Anabel Palacios Editorial Altamarea, marzo de 2021 Las escasas cartas que se conservan de Jane Austen (unas ciento sesenta de un total de más de tres mil) están todas publicadas. Hay una edición completa en castellano y varias en inglés. También está  "Cartas de Chawton" , de la editorial Alba Clásica, que ha realizado una selección a cargo de Kathryn Sutherland, profesora de Bibliografía y Crítica Textual de la Universidad de Oxford, mientras que la traducción es de Marta Salís .  El libro de Altamarea está organizado en varias secciones: La Nota a la presente edición, firmada por Anabel Palacios , también encargada de la traducción; una Cronología esencial, donde se recogen las fechas más destacadas en relación con la vida de Jane Austen; las Personas citadas en las cartas, en las que están la familia Austen, la familia Lloyd, la familia Lefroy, la familia Leigh y la familia Bridges; las quince cartas d

"Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante"

(Aibileen Clark con la niña a la que cuida, Mae Mobley Leefolt en Criadas y señoras, 2011) Una frase puede valer tanto como un tratado. La mayoría de los que escriben darían oro por una buena frase. Las frases son como las ideas: lo más difícil de hallar, lo más fácil de plagiar y lo más duradero. Una buena frase representa un logro para el que la escribe o pronuncia. Detrás de una buena frase siempre hay una idea valiosa. Y, además, una buena frase te hace pensar en cuestiones que merecen la pena.  La película Criadas y señoras (The Help, 2011, de Tate Taylor) incluye esta frase en boca de la criada negra de la niñita blanca: "Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante" . La criada negra no ha estudiado psicología pero ha criado ella sola a diecisiete niños. Todos ajenos. Todos blancos. Resulta incongruente cómo en esta película ( y supongo que también en la realidad que retrata) las mujeres blancas dejan a sus preciosos hijos blancos en manos de criadas

Oculta geografía

(Jennifer Lawrence en Nueva York. Fotografía de  Annie Leibovitz para Vogue, septiembre 2017) He vivido en el centro del miedo. He lanzado preguntas y ninguna ha tenido respuesta. He sentido un volcán de lava derretida bajo mis pasos. He soñado que mi vida era otra. He querido ser alguien diferente. He llorado hasta que las lágrimas han dejado de existir. Me ha dolido el corazón sin que nada ni nadie pudiera siquiera darse cuenta de que las notas de mi melodía estaban apagadas. He sido cobarde para amar. He sido valiente para decir adiós.  Pero he aquí que, a miles de kilómetros del mundo, quizá en otra galaxia, la luna se ha adueñado de un firmamento oscuro, yermo de estrellas, escrito en tinta china. El centro de la bóveda rodea el cuarto creciente y debajo, la arena que hace horas abrasaba, se ha tornado en azúcar, cálida y sin terrones. Los pies desnudos, los pies descalzos, todo, desnuda entera yo, mi corazón desnudo.  Me he mirado a mí misma a través de un espejo, Ali

Shakira mueve el avispero

  Una Shakira muy azul se planta en el canal de Bizarrap y graba una canción íntegramente dedicada a su ex marido y a la nueva novia de él. ¿Celos, despecho, rabia, venganza? Nada nuevo bajo el sol. Nadie puede decir que esto es una novedad. Lo nuevo verdaderamente es que la canción tenga millones de reproducciones en solo unas horas. Y que no venga de un esplendoroso estudio de grabación al uso sino que proceda de un canal de Youtube. Al fenómeno Shakira y sus invectivas hay que sumar el fenómeno Youtube y su repercusión. La vida es ahora un canal de Youtube.  Sí, ya sé que mucha gente abomina de esta ¿red social? ¿medio de comunicación? ¿muestra de narcisismo contemporáneo? que es Youtube. Y también que queda feo expresarse contra el ex. Una mujer que actúa con despecho y afán de venganza está muy mal vista desde siempre. Se pondera la elegancia de callarse. Se puntúa la discreción. Se aplaude el silencio. El estruendo no es lo que la gente aprueba, aunque esa gente venga formando ru

"Al caer la luz" de Jay McInerney

Al caer la luz no es un libro fácil. Su aparente tono de alta comedia esconde algunas claves que son propias de la clase social a la que se refiere. Y esa apariencia confunde. La pareja protagonista podría ser un ejemplo de "gente guapa", gente que lo tiene todo y que, por tanto, debería ser feliz de oficio. Russell Calloway es un hombre brillante y su oficio, editor, le depara conocimientos y contactos que cualquiera envidiaría. Por su parte, Corrine , su esposa, es una agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Todos sus amigos consideran que son la pareja perfecta, el perfecto matrimonio, esos que pueden soportar el escrutinio más avezado, la luz más potente. El telón de fondo, el espacio en el que desarrolla la vida, es la ciudad de Nueva York . No hay otra más fotografiada, glosada, referida en libros y en ensayos, filmada en películas de distinto sello. Pero Nueva York no es una urbe monolítica, sino que esconde secretos, formas de vida, muy diferentes. Y, por o

"Jane y Prudence" de Barbara Pym

  Barbara Pym (1913-1980) es una de esas escritoras a las que hay que reivindicar. Le costó muchísimo publicar y, cuando lo consiguió, tuvo luego un vacío de quince años sin que ninguna editorial se interesara por sus libros. Puede decirse que fue la persistencia en preservar su legado de su hermana Hillary la que evitó el olvido total. Esa maleta cargada de inéditos logró abrirse por su perseverancia. Así se escribe la historia de la literatura. Mientras se publican bodrios infumables hay casos como este (muchísimos y, la mayoría, mujeres) que se quedan en un cajón. Creo que en ello hay un desprecio a la literatura que se considera "femenina" sin serlo, una prepotencia editorial sin límites.  La primera editorial que sacó sus libros en España fue Anagrama, en 1985, con Mujeres excelentes, que, en 2016 volvió a lanzar Gatopardo Ediciones. Lumen publicó tres de sus libros: Jane and Prudence en 2009 (se había publicado originalmente en 1953), Los hombres de Wilmer (A Glass of B

Un poema de Elizabeth Barrett

(El mensajero del amor. Marie Spartali Stillman. 1844-1927) Si has de amarme que sea solamente por amor de mi amor. No digas nunca que es por mi aspecto, mi sonrisa, el modo de hablar o por un rasgo de carácter que concuerda contigo o que aquel día hizo que nos sintiéramos felices... Porque, amor mío, todas estas cosas pueden cambiar, y hasta el amor se muere. No me quieras tampoco por las lágrimas que compasivo enjugas en mi rostro... ¡ Porque puedo olvidarme de llorar gracias a ti, y así perder tu amor¡  Por amor de mi amor quiero que me ames, para que dure amor eternamente.  (Elizabeth Barrett Browning. 1806-1861)

Rafael Guillén: poesía tan honda

Los taxis están hechos con materia de soledad, de presurosos besos, de palabras sin terminar, de rápidos adioses, de cabezas que se vuelven como pidiendo auxilio. Cada taxi va tejiendo y tejiendo su capullo de seda por las calles, va encerrando su mariposa entre los hilos tensos de la ciudad que gime y que lo envuelve. (Imagen: fotografía de William Eggleston) (Texto: fragmento de Rafael Guillén)

La pasión es una pregunta sin respuesta

(Mary Jane Ansell. Pintura realista) No hay palabras de amor. Se desparraman gestos, se desvelan noticias, se desarman impresiones equivocadas, se desmenuzan ideas, se comparten antiguos retratos y se esquivan heridas. No hay palabras de amor. No risueñas despedidas que anuncian besos en el aire. No hay ese tic-tac que se mueve en el estómago, como un pequeño ángel que nunca antes hubiera habitado en la Tierra. No, esa dulce sensación de la piel que trasmina, del aroma del hueco de las manos, del asombroso movimiento del cuello. No hay palabras de amor. La pasión es una pregunta sin respuesta. Y, día tras día, la lluvia cae inmisericorde, lava el sentimiento, despoja los sueños de esperanza y todo termina siendo una inmensa riada de soledad sin nada que decir. No hay palabras de amor. Y el amor se convierte en una melodía absurda, en una futura mentira. Debería existir una salvaguarda para que la ternura no arrase los sentidos cuando las palabras de amor son un fantasma sin cu

Corazón en cenizas convertido

(Pintura. Mary Jane Ansell) Un día se acercará y con palabras nuevas, gesto nuevo y una nueva ilusión en su mirada, me contará el secreto que no podrá ocultar, que no querrá callarse: Me he enamorado, al fin, ya soy como querías, un hombre generoso. He conocido a alguien. Me sonreirá sin verme y moverá las manos, las alzará con un tono diferente y parecerá un actor que representa su mejor función después de mucho tiempo. Yo imaginaré en su dulce alegría a la hermosa mujer que yo nunca seré y mi alma se convertirá en cenizas poco a poco. Entonces sentiré que un puño helado me aprisiona y oleré la feroz humedad que, en mis ojos,  congelará las lágrimas. Me entenderé a mí  misma sin hablar y notaré que el miedo que anunciaba tenía razón de ser, que no existían quimeras en el sueño agitado de las noches. Ese día se nublará para siempre la luz que ahora me alumbra y rezaré oraciones perdidas y buscaré en cualquier cosa un motivo, lo que sea, algo que me levante de la ca

Lo maravilloso

(Pintura: Mary Jane Ansell) H ay gente que trae consigo la palabra. Y otra gente que trae el vacío. Pero, en realidad, soy yo la que adjudico letras, frases y vocablos a todos vosotros, el mundo. No existe lo que veo salvo en mí, soy mi propio juez, la persona que etiqueta, que aplaude o silba esta representación, a ratos improvisada y otras veces con un guion escrito de antemano, que es la vida. E n ese concierto, cuyo director se ausenta cada vez que otro asunto le concierne, le asigné a él (siempre hay un ÉL, aunque no lo expresemos) un papel cenital. Le di el don de regalarme alegrías y de levantar mi espíritu. Le otorgué la capacidad de la tristeza y la huida. Le dibujé con los trazos más exactos, ajustados, livianos y tiernos, que mi propia imaginación oculta. A ese ÉL (como ocurre tantas veces) le concedí demasiada importancia, demasiado poder, demasiada partitura en el conjunto de mi música de fondo. Y a esa extravagante ocurrencia, dictada por no se sabe q

Que mañana sea septiembre

! Qué hermosísimo horizonte¡ El mar Cantábrico era el gran desconocido, el extraño, el ajeno. Su perfil aparecía diáfano debajo de mis pies, justo cuando la montaña terminaba abruptamente, abriendo así una cicatriz en el paisaje. El agua estaba helada. La playa, vacía. Éramos dos recién casados que buscábamos, a destiempo, conocer el milagro del norte. Un largo camino en coche, con paradas muy bien previstas. Así lo hacías todo. Desplegabas los mapas de  carretera sobre la mesa con una satisfacción indudable. Planificar los restaurantes, ver qué sitios eran buenos para dormir, qué momentos podían disfrutarse en cada parada. Había, sin embargo, algo que era mucho más importante que todo eso. Algo que, se reveló más tarde, era lo más importante de todo. Hacer fotografías. Esa no era solo tu profesión sino también tu pasión. Eras un fotógrafo que veía el mundo a través del objetivo de la cámara. Y por eso nuestros viajes, incluido este, era un recorrido por la belleza de la vida. 

El silencio y un cuadro de Hopper

El silencio para mí es escucharte. La inmovilidad, una forma de verte sin aristas. La fijeza, ese brillo que encierra tu nombre ante mis ojos. Soy, contigo, la mujer sin sombra y sin reflejo que toca sin tocar la taza de café.  A veces vivo en un cuadro de Hopper. Cruzo los brazos de ajustado rojo y sueño el horizonte que no tiene más luz que la del aire. O me apoyo en la barra de un bar junto a ese hombre que no me mira apenas (por qué no se desprende del sombrero, pregunto sin palabras).  Me siento en una cama apenas libre de un ligero ropaje, las piernas rectas y la mirada ausente, absorta en el papel que parecen traerme tus anuncios, quizá una despedida o un reproche.  Me asomo a una mansión deshabitada, observo con desgana la escalera, vuelan telas al aire, transparentes, con un sombrero claro y una búsqueda. No te diré el motivo por el cual no hago nada. En alguna ocasión mi alma se ha sosegado, sentada, fría y oscura, en un vagón de tren, un vestido el

Gabardinas en Madrid

  Gran Calle de Alcalá, cómo reluce cuando suben y bajan los andaluces. (Caracoles de Don Antonio Chacón) En estas latitudes la gabardina es un adorno, una especie de capricho que nunca encuentra su sitio del todo. Una incongruencia, una exageración, un juguete. Por eso suelen pasar más tiempo del debido en el armario y por eso apenas ven la luz, salvo que haya un día nublado sin demasiado frío, una tarde en la que empieza a refrescar sin que lo esperes o el deseo de que haga juego con el bolso y ahí te lances sin más.  Cuando "subo" a Madrid (expresión esta tan normal como la contraria, "bajar a Sevilla") siempre meto en el equipaje alguna gabardina y estoy segura de que tendrá su función y hará su avío. Últimamente subir a Madrid es un imposible y esa especie de barrera te crea un sentimiento de desolación más profunda de lo que puede parecer. Es como si Despeñaperros se hubiera convertido en un muro de Berlín sin alemanes, como si el enemigo, agazapado, pudiera a