Cuando alguien nos falta, alguien que verdaderamente nos importa y nos duele, el paso del tiempo se convierte en una sucesión de primeras veces de ausencia. La primera nochebuena, la primera navidad, la primera nochevieja, los primeros reyes, los primeros cumpleaños, el primer verano...Recordamos sin poderlo evitar las cosas que hacíamos antes, pero nos cuesta, cuesta trabajo imaginar y volver atrás la mirada, porque el vacío es muy hondo y ni siquiera nos está permitido tener a mano, a flor de piel, las vivencias antiguas. Es difícil recobrar las sensaciones, los olores, los sonidos, cómo nos sentíamos, cómo éramos. Esta que ahora comienza, en este día esplendoroso del Domingo de Ramos, en el que, si no estrenas se te caen las manos y si estrenas te condenas, esta Semana Santa que ahora empieza, es la primera sin ti, ya lo sabes. La primera Semana Santa en la que hay que buscar cosas que hacer para rellenar los huecos de la conversación, las salidas, las compras...En el Dom
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