En las doscientas dos entradas que tiene este blog todavía no he hablado de un escritor y de una obra que me acompaña desde hace años. Es un escritor que no conoce mucha gente (el otro día, en una conversación con dos compañeros a quiénes tengo por personas formadas y cultas, me di cuenta de ello). Creo que es un escritor es poco y mal conocido, además de mal interpretado. Porque algunas de sus obras han sido trasladadas al cine con una lectura errónea, superficial y en busca de la comercialización más banal. El autor, uno de mis autores, se llama David Herbert Lawrence, para el mundo de las letras D.H. Lawrence. Nacido en 1885 en pleno proceso de industrialización del Reino Unido, su país de origen, la obra de Lawrence persigue la perfección técnica, en un lenguaje plagado de poesía, de simbolismo y de belleza formal. Es verdad que las traducciones, incluso las que son muy buenas (como las de Alianza Editorial) nunca te dan el verdadero pulso de las palabras (y es en estos momentos
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