El mejor y mayor adjetivo que se le ocurre a Caroline Bingley para ponderar a Elizabeth Bennet no es otro que este "es una buena andarina". Y todo porque Lizzy recorre los cinco kilómetros que separan su casa de Netherfield para asegurarse de que su hermana Jane se encuentra bien después del chaparrón de la tarde anterior. Tal despliegue de sentimientos fraternales se unen, por lo tanto, al gusto especial de la protagonista de ""Orgullo y Prejuicio" por las caminatas. En realidad y fijándonos bien el andar es uno de los placeres de las chicas Austen, sean estas las que sean. También Emma recorre el perímetro de su hacienda y llega andando hasta el pueblo, además de recomendar a su padre, el señor Woodhouse que haga todos los días ejercicio. Los ingleses son muy dados al aire libre, al deporte y a cualquier despliegue gimnástico, pero es especialmente destacable cómo la práctica del paseo y aún de la marcha se refleja con toda claridad en los libros de Aust
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