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"Mira que eres canalla"

Ha apagado el teléfono. Ha encendido la música, una cosa de jazz o bossa, no recuerda. Ha bañado su pelo con un champú de rosas y los hilos brillantes se han estirado al tiempo que susurra canciones que aprendió hace unos años. Ha cerrado la historia, ha inventado el silencio. En la página web ha comprado un jersey y un vestido del tono del azul del océano y ha sonreído firme al mirarse al espejo, con una pinza roja enfrente de la imagen.  Ha borrado las lágrimas. Ha olvidado los sueños. Ha buscado una frase que valga para el caso. Ha recordado todas las palabras vacías, las palabras crueles, las palabras manchadas de ese olor a soberbia y a corazón sin tiempo. Ha vencido por fin. Ha acariciado un libro. Ha levantado a Tara como si fuera tierra y ha jurado que nunca volverá a pasar pena, volverá a pasar llanto, volverá a pasar miedo. (Fotografía de Arnold Newman. Título de Luis Eduardo Aute) 

"Una noche en el paraíso" de Lucia Berlin

En 2016, la publicación por la editorial Alfaguara de "Manual para mujeres de la limpieza" fue un absoluto suceso. El boca a boca funcionó de inmediato y el libro se encumbró a los primeros puestos de los más vendidos y fue, también, de los más leídos. Ambas cosas no siempre coinciden. La personalidad de Lucia Berlin importa, desde entonces, tanto o más que su obra. Como ocurre con todas las vidas estrambóticas, al filo de la navaja, su peripecia vital nos llama a intentar descubrir resquicios que expliquen el trasfondo de las historias que cuenta. Setenta y siete cuentos que ya se habían publicado en los años noventa sin demasiada repercusión, a pesar de que consiguió el American Book Award en 1991.  (Lucia Brown en sus primeros años) Fue la importante editorial norteamericana Farrar Straus and Giroux la que publicó el "Manual" en 2015, revitalizando la figura literaria de esta mujer. Era un momento muy oportuno. La literatura femenina, antaño a

Si Shakespeare lo dice, alguna razón tendrá

SONETO 116 Permitid que no admita impedimento ante el enlace de las almas fieles no es amor el amor que cambia siempre por momentos o que a distanciarse en la distancia tiende. El amor es igual que un faro imperturbable, que ve las tempestades y nunca se estremece. Es la estrella que guía la nave a la deriva, de un valor ignorado, aún sabiendo su altura.  No es juguete del Tiempo, aun si rosados labios o mejillas alcanza, la guadaña implacable. Ni se altera con horas o semanas fugaces, si no que aguanta y dura hasta el último abismo.  Si es error lo que digo y en mí puede probarse, decid, que nunca he escrito, ni amó jamás el hombre. Marianne Dashwood amaba Shakespeare y sus sonetos. Su preferido era este 116 porque Marianne estaba enamorada del amor y ponía en su amado todas las buenas cualidades, las virtudes y los dones necesarios para que ese amor tuviera sentido y no fuera inútil ni incapaz. Pero, tal y como sabía su creadora, Jan

¿Cómo es posible que apaguen tu sonrisa?

Me miras y te miro. Nos entendemos. De una punta a otra del país pero las dos sabemos que hablamos de lo mismo, que tenemos las mismas emociones, la misma asignatura que no hemos aprobado, la misma insensatez ante las cosas, la misma inenarrable fantasía. Nos parecemos. El color de los ojos es distinto, el toque de las manos, la suavidad del verso que nos gusta escribir, la trayectoria. Te van las matemáticas y eso a mí me produce tanta envidia...Yo aquilato palabras y las transformo en tiempo y eso te encanta aunque no lo comprendas muchas veces. Somos tan diferentes pero hemos encontrado un punto de atención para ayudarnos, para que tus palabras se asemejen a las mías, para que huyamos sin dudarlo del mismo tronco hueco.  ¿Cómo es posible que apaguen tu sonrisa si es lo mejor que tienes? ¿Que viertan tu alegría en un saco de azufre y que desaparezca? ¿Cómo es posible que te dejes vencer tan a menudo? ¿Cómo es posible que "perdón" y "lo siento" sean tu

"Flamenco. Negro sobre blanco" de Cristina Cruces Roldán

     " E ra el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos..." anunció Dickens . Bien podríamos aplicar al flamenco esta máxima, porque es el arte de los extremos, de los peores augurios y las mejores noticias. Desde que existe viene sorteando obstáculos, algunos en nombre de quienes se empeñan en que la tradición sea inamovible y otros por parte de la innovación a ultranza. Como todo arte contemporáneo es cambiante y complejo; como todo arte de cualquier tiempo histórico es, también, reflejo de la sociedad y, a la vez,  representación de la misma. En el flamenco confluyen tantos ríos que es imposible separar las aguas una vez se llega a la desembocadura. Los afluentes se confunden, se alían, se miran unos a otros con la perspicacia de quien quiere entenderlo todo. Y el conocimiento total se pierde ante el detalle, ante la pequeñez de un instante. Porque, a la par de todos, es un algo tan efímero como el calor de un baile o el saludo al sol de cualquier cante elev

"Ordesa" de Manuel Vilas

Siempre he creído que los libros llegan hasta ti en el momento oportuno y que la forma de llegar es, más que casual, milagrosa. Amanecen días en los que sabes que las dudas son mayores de las habituales y que algo tiene que surgir para compensarlas. En este caso, "Ordesa" llegó en el momento oportuno y de una forma inopinada. Nada me había acercado a él con anterioridad, ni tampoco a su autor, Manuel Vilas . Sin embargo, desde los primeros renglones del libro supe que tenía que leerlo. Y lo adquirí con toda rapidez en formato e-book porque no podía esperar a que llegara el envío o a que visitara una librería.  Lo primero que me llamó la atención de su lectura fue la forma en que habla de su padre. Creí que yo era la única persona que sentía determinadas cosas. Pero no es así. O es un sentimiento universal o Vilas coincide conmigo en cierta ambivalente sensación que persiste tras la muerte de ese hombre al que miras desde abajo y con el que sigues soñando a pesar d

Bailes de sociedad

Ocupar el ocio es una de las preocupaciones de las sociedades avanzadas. Cuando uno tiene asegurada la supervivencia, no tiene que ir a cazar animales para obtener pieles ni alimento, cuando la vida sigue su curso organizadamente, entonces nos encontramos con que hay tiempo libre que llenar. En la vida actual hay una tendencia cada vez más clara para priorizar el ocio y darle una importancia radical como tiempo en el que es posible ejercer la libertad de elección en las actividades.  Los personajes de los libros de Jane Austen poseen las diversiones de la gente como ellos en el tiempo en que vivieron. Jugar a las cartas; conversar; hacer visitas; jugar a los juegos de palabras; a las adivinanzas, o a las charadas; bailar; salir a cenar fuera; hacer una excursión al campo; asistir a una velada musical; tocar el piano... Bailar a la luz de las velas es una de las más atractivas distracciones para cualquier joven. Cuando los señores Westo n, en "Emma" , quieren

Perfecta geografía

          (Retrato de Lady Hamilton como Circé, 1782, George Romney, Londres, Tate Gallery)   En diciembre de 2015 se publicó "Emma", en tres tomos, como era habitual. Desde entonces muchos lectores han tenido en sus manos la oportunidad de adentrarse en el universo Austen a través de la historia de Emma Woodhouse. Emma es una muchacha joven, bonita, rica e inteligente. Es la mujer perfecta. Como la vida va siempre buscando dificultades a quien no las tiene, Emma es huérfana de madre desde muy niña, pero este cometido lo ha suplido, casi a la perfección, la señorita Taylor, que ha ejercido la labor de institutriz de Emma y de su hermana Isabella. Esta tiene unos años más que Emma y cuando la novela comienza ya está casada, precisamente con el hermano del señor Knightley, el hombre que enamorará a Emma. El libro transcurre, pues, entre bodas, entre la de Isabella, ya pasada, y la de Emma, por venir. En medio suceden otras cuantas, porque las bodas eran los

Austen versus Brontë

       Leí "Cumbres Borrascosas", la única novela de Emily Brontë cuando era una niña. Recuerdo la impresión que me causó. Allá, en la azul claridad de mi azotea, el paraíso de las lecturas, de los recitados en voz alta y, sobre todo, de los sueños hechos con héroes de libros y películas. La novela retrata certeramente una agobiante atmósfera en la que se confunden realidad y fantasía. Los personajes son intensos y transmiten emociones al límite. Tengo en la memoria la visión de los páramos y de las extrañas relaciones entre aquellas personas. Catherine, Heathcliff, Hareton, nombres que no se olvidan con el paso del tiempo. Las adaptaciones cinematográficas no han logrado captar ese aire fatal, esa premonición de que nada tiene remedio y de que todo lo malo es posible.       En cambio, "Jane Eyre", la novela que escribió Charlotte Brontë nunca me gustó. Los sufrimientos y la vida de una institutriz que lo pasa francamente mal no me conmovieron ni tengo se

Verdes rosas de otoño

(Foto: Carmela N. ) Como si fuera a danzar en un salón de baile del siglo XIX para que algún eterno escritor la convirtiera en musa, ella eligió un vestido rosa, todos los tonos rosas, rosa pastel, rosa caramelo, rosa ensueño, rosa corazón, para casarse. La boda fue al final del verano y las dudas quedaron enterradas con la música, el vals y el mambo, el movimiento de las copas al chocar y la huella de los besos. Mejor no pensar que la vida, a veces, escribe su historia en meandros y en desembocaduras ajenas. Así que los rosas se mezclaron en el aliento vivo de la tarde y la noche y solo al día siguiente descubrió, como una revelación inopinada, que eso que aquello era real y no tenía remedio. El rosa fue rutina tan demasiado pronto que ni hubo siquiera lugar para lamentos. La espera es mala consejera y la juventud tiene unos ritmos que nadie más entiende. Aburrirse es peor que llorar por amor y el vacío hace más daño que la soledad. Por eso el transcurso de las horas tenía

Secretos de escritorio

En el verano de 1813 Jane Austen tenía 37 años. Fue, en ese momento, cuando comenzó a pensar en escribir “Emma” . Es, pues, una obra de madurez. En realidad, y usando un término más ajustado, de plenitud. Austen tenía ya la independencia económica que le proporcionaban las ganancias, aunque no astrales por supuesto, de sus anteriores libros. Eso significaba tranquilidad. Asimismo, su oficio estaba asentado y su creatividad en alza. Aunque sotto voce todo su entorno conocía su faceta de escritora, no era menos cierto que ninguno de sus libros iba firmado con su nombre. A ella no le gustaba frecuentar los cenáculos literarios, en los que no se hubiera sentido nada cómoda. En este sentido, era una escritora de interior, una escritora sin proyección pública. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que no tuviera plena conciencia de lo que hacía y de que esto requería tiempo, dedicación y esfuerzo. Hay en ella una rara mezcla de compromiso personal y de desinterés social por la litera

Pretendientes

Las fuentes consultadas hablan de hasta siete hombres en la vida de Jane Austen (Steventon, 1775- Winchester, 1817).  Bien es verdad que no todas afinan tanto. Por ejemplo, el libro que escribió su sobrino James Edward Austen-Leigh pasa por encima del tema y solo reconoce a dos de ellos, destacando a Thomas Lefroy, que llegó a ser presidente del Tribunal Supremo de Irlanda y que no se pudo casar con Jane porque ella no disponía de fortuna y él estaba obligado a hacer un buen matrimonio.  Pero la suma de datos que se obtienen tanto de su biógrafa principal en castellano, Claire Tomalin, como de Lucy Worsley, la historiadora que firmó su biografía de la vida cotidiana que tituló "Jane Austen en la intimidad". Ambos libros son de enorme utilidad para el conocimiento de la escritora ya que, por otro lado, no tuvo en su época a nadie que se interesara lo suficiente por ella como para guardar datos fidedignos y su familia ha sido siempre muy reticente a ofrecerlos, tanto