Ella se ha equivocado


(The good live. Mike Savad. Fotografía)

Una vez ella tuvo la certeza de que había hablado de más. Tenía uno de esos momentos de tristeza incierta que cuesta trabajo definir y cometió el error de comentarlo. Deberías saber que es el silencio lo que importa en esos casos- le dije cuando tuve ocasión. Pero ella no había aprendido aún que callarse es un valor porque el consuelo no llega de quien quieres, sino de quien puede o sabe. 

En el fondo- advertí- no existe sino el lento transcurrir de las horas, el paso cotidiano de los días, como forma de encontrar un pequeño descanso, una tregua, a la vida agitada, a estos tiempos convulsos en los que todo se va en encontrar porqués que nunca existen. Pero ella se empeñaba en creer que las palabras tejen un paraguas de bondad en torno a las cosas. Así, las usa demasiado y en demasiadas ocasiones, yerra. 

Contemplando la vida paso a paso está cuando percibe que el transcurrir del tiempo tiene que ver con la suma de un instante de dicha junto a otro. Ha calculado mal en ese enorme torneo de lo precario y por eso no entiende que las cosas se conviertan en cántaros vacíos en los que llueve, pero el agua de lluvia no siempre baja limpia. 

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