Si fueras una estrella de cine tendrías en la puerta de tu mansión fantástica diez o doce cámaras para hacerte fotos a cada instante. Saldrías equipada con tu enorme sombrero, una fastuosa pamela de firma, y con tus gafas de sol Armani por lo menos. Sin duda, maquillada. Sin duda, con un bonito rouge del color de moda, fucsia este otoño-invierno. La piel dorada, por efecto de un protector solar de alta numeración y efecto pantalla, genialísimo y muy caro. Un abrigo de corte sencillo pero de hechuras favorecedoras y unos zapatos de tacón, que te hacen preciosas las piernas cubiertas con medias oscuras. En fin, una monada. No eres una estrella de cine. No tienes a nadie en la puerta de tu casa. Es una casa, además, no una mansión. No sales a la calle con sombrero, salvo en verano, si es que hace mucho calor o estás en la playa. Tus gafas no cubren unos hermosos ojos maquillados a la última. El lápiz de labios se desdibujó hace un rato por efecto de esas gotas saladas que van
¡Cumplimos 15 años! 2009-2024