La muchacha de la farmacia ha sido muy elegante en su felicitación. No le ha preguntado cómo va a pasar la noche. Ella lo ha agradecido con el gesto cómplice de quien entiende el detalle. Luego, en la mercería, la dependienta-amiga, ha elucubrado sobre el posible frío al salir de la Misa del Gallo, pero no ha hecho alusiones personales lo que ha constituido una forma de entendimiento que tiene mucho valor en horas tan reiterativas y llenas de lugares comunes. En el supermercado, más impersonal, la compra ha sido rutinaria y sencilla, no hay apenas nada que celebrar. Y luego, en un paseo improvisado que no tenía previsto no ha podido evitar enamorarse de un mueblecito pequeño y adornado de rosas que, piensa, quedaría de perlas en una esquina del dormitorio. En ese cuarto sobra ahora mucho sitio. Cuando lo compra no se da cuenta de que ha de transportarlo a casa y que, aunque cerca, tiene que hacerlo sola. Es esa soledad de llevar consigo un pequeño mueble casi a rastras lo que ha hecho que sus ojos se conviertan en lagunas transparentes. Oh, sí, cómo evitarlo.
Mi padre nos enseñó la importancia de cumplir los compromisos adquiridos y mi madre a echar siempre una mirada irónica, humorística, a las circunstancias de la vida. Eran muy distintos. Sin embargo, supieron crear intuitivamente un universo cohesionado a la hora de educar a sus muchísimos hijos. Si alguno de nosotros no maneja bien esas enseñanzas no es culpa de ellos sino de la imperfección natural de los seres humanos. En ese universo había palabras fetiche. Una era la libertad, otra la bondad, otra la responsabilidad, otra la compasión, otra el honor. Lo he recordado leyendo El dilema de Neo. A mí me gusta el arranque de este libro. Digamos, su leit motiv. Su preocupación porque seamos personas libres con todo lo que esa libertad conlleva. Buen juicio, una dosis de esperanza nada desdeñable, capacidad para construir nuestras vidas y una sana comunicación con el prójimo. Creo que la palabra “prójimo“ está antigua, devaluada, no se lleva. Pero es lo exacto, me parece. Y es importan
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